Ocultar el caso Begoña es la tarea más difícil a la que se ha enfrentado Pedro Sánchez
Hablábamos ayer de la colaboración público-privada entre un conseguidor, Carlos Barrabés, y una tal Begoña Gómez, experta en captación de fondos públicos… y esposa del presidente del Gobierno, pero ese es un detalle sin importancia. Una colaboración excelente y, sobre todo, muy eficiente ya que, con muy pocos recursos, apenas un par de cartas de un folio de extensión -la última de ellas desvelada este miércoles- logró licitaciones públicas -dinero de los contribuyentes- por algo más de 12 millones de euros.
Es algo inédito en la historia reciente de España y de Europa: que la primera dama firme de puño y letra cartas de recomendación para la adjudicación de contratos públicos. Resulta tan inaudito y tan poco estético, que el grupo PRISA está borrando cualquier rastro del tándem Gómez-Barrabés en el suplemento Tendencias -luego pasó a ser Retina-, en internet y las redes sociales. Porque la relación de amistad entre Begoña Gómez y Carlos Barrabés viene de lejos.
Un ejemplo, el artículo publicado en Retina acerca del Máster liderado por Begoña. “El País Retina reúne a agentes del ecosistema empresarial para debatir sobre la necesaria transformación social de las organizaciones en la era ‘post covid’”, comienza la reseña publicada en la web del máster de la Complutense, que precede al enlace a Retina, enlace que al pinchar lleva a una página del suplemento de El País... pero en blanco.
El asunto es tan turbio y llama tanto la atención, que el Gobierno no ha logrado ocultarlo, ni siquiera aireando los problemas de la pareja de Ayuso con Hacienda ni omitiéndolo en sus medios amigos, por ejemplo, RTVE. Tampoco lo han logrado los periodistas parlamentarios al servicio de Moncloa, como vimos el martes en el Congreso.
Para lo que sí está sirviendo el caso Begoña es para descubrir la gestión que se está haciendo de los fondos europeos, que se puede resumir en dos palabras: un pitorreo. Pero eso merece otro artículo.