Salen a escena la ministra portavoz, Isabel Rodríguez (¡Marisú, vuelve!) acompañada de la 'más popular', la vicepresidente Yolanda Díaz y de la titular de Educación, Pilar Alegría, empeñada en hacer buena a Isabel Celaá
Consejo de Ministros del martes 16 de noviembre. Salen a escena la ministra portavoz, Isabel Rodríguez (¡Marisú, vuelve!) acompañada de la 'más popular', la vicepresidente Yolanda Díaz y de la titular de Educación, Pilar Alegría, empeñada en hacer buena a Isabel Celaá. Naturalmente la reina de la fiesta, como últimamente de todas las fiestas, es doña Yolanda. La verdad es que todo el gabinete Sánchez está forzando una España que a través de la subida de impuestos y la derrama de subvenciones, nos lleva a la ruina. Tras explicarnos que la subida de las cuotas sociales se hace para no bajar las pensiones "como hizo el PP" (lo cierto que el único que bajó las pensiones en España fue Zapatero) aplaude una decisión que aumentará el terror de los emprendedores a contratar trabajadores. Lo dicho: a costa de subir los impuestos que gravan el trabajo y de repartir subvenciones el Sanchismo está golpeando a las clases medias y aumentando las clases pasivas entre los trabajadores. Esto es, la ruina.
Eso sí, a cambio doña Yolanda presume de haber colocado un ejército de inspectores de Trabajo que han multiplicado las sanciones contra las empresas. Y todo ello, naturalmente, a través del diálogo social... Naturalmente.
Mientras, la ministra de Educación, Pilar Alegría, se lía con la herencia Celaá: devalúa la educación y arrebata a los niños a sus padres desde su nacimiento
Por su parte, la ministra de Eduación, Pilar Alegría, subió al púlpito para explicarnos que crearán 65.000 plazas de guardería para niños de 0 a 3 años. O sea, que el Estado les 'roba' los niños a los padres desde los 0 años y, por supuesto, se trata de "guarderías públicas". Ya dijo Celaá que los niños no pertenecen a los padres, sino al Estado. De la misma forma, los socialistas no atacan a la educación concertada. Simplemente, esperan a que fenezca por consumción mientras siguen dedicando el dinero de nuestros impuestos a fomentar la educación estatal y funcionarial.
Derecho a ser atendido por una persona física y no por un robot cuando protestamos por un producto o un servicio: eso esta bien. Veremos cómo queda
Más noticias del Consejo: hasta el ministro Alberto Garzón puede hacer algo bueno. Habrá que esperar al desarrollo pero el consejo ha aprobado un nuevo proyecto de protección del consumidor. En ese proyecto se exigirá a las marcas que en la atención al cliente descontento debe intervenir un ser humano y no un robot. Parece poca cosa, pero es importante y está bien tirado. Ahora, habrá que ver el resultado final.