Calviño, Rodríguez, Gallach y Sánchez
Consejo de ministros del martes 1 de marzo. El Gobierno Sánchez, en su linea: sectarismo a lomos de una burocracia creciente y asfixiante.
Sale a escena la portavoz del Gobierno Isabel Rodríguez, para explicarnos que Sánchez es un líder en la ayuda a Ucrania. Naturalmente por el conducto correspondiente: el Fondo europeo para la paz, que es un fondo para comprarles armas a los ucranianos pero se llama "para la paz". Naturalmente, como toda Europa, España se ha comportado de forma valiente y audaz: no ha enviado tropas para ayudar a los ucranianos, tampoco ha enviado armas, como han hecho, por ejemplo, norteamericanos e ingleses y, al final, se ha decidido a pagar para que envíen armas por el conducto reglamentario y cuando ya los rusos están a las puertas de Kiev. Lo dicho: pura osadía. Y como la cobardía resulta difícil de ocultar, se hace el ridículo... doña Isabel.
El sectarismo avanza, a lomos de la burocracia. Este Gobierno ideologiza hasta el autobús: seas hombre o mujer tendrás derecho al transporte. Al parecer, hasta ahora las mujeres no se transportan
Pero el contenido del Consejo de Ministros, el hecho que nos ocupa, también tiene tela cantidad. De entrada, con la ministra de transportes, Raquel Sánchez al frente, el Gobierno ha creado el Sistema Nacional de Movilidad... es decir, la trampa relatada en la genial sátira política de finales del pasado siglo, titulada: "Sí, Ministro". ¿Recuerdan? Cuando en el número 10, el trasunto de Margaret Thatcher quiere librarse de su ministro Jim Hacker decide ascenderle: le nombra jefe del Sistema Nacional de Transportes, una tumba para políticos, dado que, en ningún país, nadie ha sido capaz de poner de acuerdo a las distintas administraciones, nacionales regionales y locales, acerca de un servicio esencial que es, a la vez, un producto de uso cotidiano. Y la ingenua de la ministra Sánchez pretende que se realice por consenso. Hay que ser kamikaze...
No sé si es Pedro Sánchez el que quiere librarse de Raquel Sánchez, cuota catalana, o simplemente es que no se ha leído "Sí Ministro", libro y serie de TV de cabecera del felipismo, por lo que todavía cree en pavadas como la del Sistema de transporte unificado. Resulta más verosímil lo segundo que lo primero.
Y otro empujón a la propiedad privada: promoción de vehículos compartidos, coches colectivos (a mayor gloria de las grandes empresas)... Eso sí, al burguesazo propietario de un automóvil se lo vamos a poner difícil
Pero ya entrando en los planes de Transporte, hay que repetir que el sectarismo del Gobierno sociopodemita avanza, a lomos de la burocracia. Por cierro, el único empleo que logra crear el sanchismo es empleo público, mayormente burocracia.
Lo cierto es que este Gobierno ideologiza hasta el autobús: derecho al transporte independientemente de que seas hombre o mujer... Al parecer, hasta ahora las mujeres no se transportan: no viajan en tren, ni en autobús, ni en taxi, ni en avión.
Y por cierto, el Sistema integrado -y consensuado, por si todavía no lo había dicho- supone otro empujón a la propiedad privada, Implica promoción de vehículos compartidos y coches colectivos, algo tan socialista, tan progresista, que sólo beneficia a las grandes empresas. Ejemplo: Acciona, de la familia Entrecanales, rojos de toda la vida, se vanaglorian de los beneficios que para su cuenta de resultados 2021 ha supuesto su flota de motos compartidas, naturalmente ecológicas, que ahora amplían al coche sin conductor... todas ellas y todos ellos propiedad de Acciona.
Eso sí, al propietario de un automóvil, repugnante burgués llamado a la extinción, el Sanchismo se lo pone difícil: tira tu coche de combustión, cómprate uno eléctrico, que es más caro, menos eficiente, aguanta la tercera parte de kilómetros y no tiene servicios complementarios, ni para recargar ni para arreglar. Pero es igual, muchacho: lo que importa es que eres sostenible.
Liberación de las autopistas versión Raquel Sanchez: ahora pagaremos la autovía de peaje y todas las demás: las que usemos y la que no usemos. Le llaman justicia social
Y luego está lo de la 'liberación' de las autopistas. El Sanchismo se cargó el estupendo invento de las autopistas de peaje, que pagaban aquellos que las utilizaban y también el que no la usaba, pues no pagaba. Este gobierno se cargó los peajes al grito de "to pal pueblo". Ahora, "tos los del pueblo" pagaremos todas las autovías, las utilicemos o no, las de peajes y las nacidas gratuitas. ¡Me encanta el socialismo!
Pero también estaba allí la muy feminista Nadia Calviño, el desastre Calviño. Nos vendió, átense los machos, el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica "Nueva Economia de la Lengua". Premio para el que logre repetirlo tres veces seguida sin que se le seque la lengua.
Se supone que era para extraer todo el potencial económica de la segunda lengua más hablada en el mundo que, efectivamente, tiene potencial económico... y mucho.
Pero, al parecer, no. Se trata de nombrar un nuevo cargo -otro puesto de trabajo- con categoría da Alta Comisionada, a la más que sectaria Cristina Gallach, natural de San Quirico de Besora, provincia de Barcelona, cuyo historial es un trasunto de feminismo y sostenibilidad y que, formada a la vera del más sectario y cristófobo ministro del felipismo, don Javier Solana, previo paso por la ONU, ha ido enlazando cargos oficiales hasta afianzarse como abanderada del Agenda 2030, 'made in' en el Club de Davos.
En plata, el nuevo PERTE, como creo haber dicho antes Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Economía "Nueva Economia de la Lengua" y olé, se concretará, lo veo venir, en el lenguaje inclusivo-obligatorio, que conminará a los españoles a hablar de "todos, todas y todes", elemento crucial y de profundo significado semántico... y financiero.
De cierre, la caradura inmensa de doña Nadia Calviño: España va a ser el país menos expuesto a la crisis, tanto en materia económica como en energía. Sin despeinarse
De cierre, la caradura inmensa de doña Nadia Calviño: España va a ser el país "menos expuesto a la crisis", tanto en materia económica como en energía. Y lo dijo sin despeinarse, con esa alusión permanente a los informes internacionales que, según ella, certifican sus palabras, aunque nadie conozca los tales informes que le dan la razón.
Y es que las mentiras de doña Nadia no van del blanco al gris, sino del blanco directamente al negro: España está siendo el país más afectado de toda el área OCDE, en materia de paro, PIB e inflación. Pero a doña Nadia le importa un pimiento. Ella lo hace fenomenal y se acabó.
Y luego dicen que la mentirosa es Marisú. Al lado de Calviño, Montero es un alma cándida, temerosa de la mentira y aliada de la verdad. Pobrecita mía.