José Andrés Calderón, el convocante del rezo del Santo Rosario, presentó una demanda contra la resolución de la Delegación del Gobierno
Contábamos en Hispanidad que Francisco Martín, delegado del Gobierno en Madrid, antiguo colaborador de Pedro Sánchez en Moncloa, ordenó a la policía disolver a peligrosos activistas, las personas que rezaban el rosario en la calle Ferraz.
Ante este acto, José Andrés Calderón, el convocante del rezo del Santo Rosario, presentó una demanda contra la resolución de la Delegación del Gobierno, por prohibir las concentraciones al entender que se estaba vulnerando el derecho fundamental de reunión, recogido en el artículo 21 de la Constitución Española.
La Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Madrid desestimó el recurso presentado por Calderón, dando vía libre al delegado de Gobierno para continuar con su acoso contra los que cada noche se dan cita en la madrileña calle.
Y ahora se ha materializado ese acoso, en forma de tres multas que ascienden a 3.600 euros.
Rezar en España en la vía pública tiene un precio: 3.600 euros de multa.
— † Andrés † (@jandcalderon985) May 15, 2024
En un rato haré un hilo por aquí explicando el atropello que el Delegado de Gobierno está cometiendo contra mí.
Si busca amedrentarme lo lleva claro. ¡Ni un paso atrás! ✝️ https://t.co/5X7ooeQYLV
El hecho que se multa es hacer responsable a Calderón por convocar el rezo del Rosario y de esta forma cortar las calles Ferraz y Marqués de Urquijo los días 2, 3 y 4 de enero, durante las protestas contra la Amnistía.
En una entrevista con el 'youtuber' Inocente Duke, Calderón se desvincula de las protestas por la cuestión política: "Es más, el día 2 yo mismo vi interrumpido mi Rosario por las protestas".
Pese a las multas, Calderón asegura que continuará yendo a Ferraz a rezar:
"Yo siempre me he desentendido de la protesta, ellos mismos lo dicen. Buscan amedrentarme, pero no lo van a conseguir. Llevaré la lucha judicial hasta sus últimas consecuencias".
Rezar se está volviendo un deporte de alto riesgo en la España de Sánchez.