El pasado martes 21 de noviembre, el Tribunal Supremo apreció "desviación de poder" en la propuesta del Fiscal General del Estado Álvaro García Ortiz para promover a Dolores Delgado como fiscal de Sala, en concreto en la Fiscalía de la Sala Militar. 

"Dicho acto fue adoptado por el Consejo de Ministros, a propuesta del Fiscal General del Estado. Es en la propuesta realizada por éste donde la sentencia aprecia desviación de poder. La desviación de poder consiste en 'el ejercicio de potestades administrativas para fines distintos de los fijados por el ordenamiento jurídico'”, informó el propio Tribunal Supremo

"La sentencia (del Supremo) acuerda retrotraer las actuaciones al momento anterior al de elevar al Consejo de Ministros la propuesta del Fiscal General del Estado, a fin de que se realice otra nueva, teniendo en cuenta cuanto queda dicho sobre la finalidad de la potestad de resolver convocatorias para plazas en el Ministerio Fiscal”, señaló el alto Tribunal. 

A Delgado no le ha gustado nada la decisión del Supremo y en una entrevista en la Cadena SER, al borde del llanto, aseguró que es “injusta” y anunció que recurrirá "en amparo al Tribunal Constitucional" al entender que se han "vulnerado" sus derechos fundamentales. Por lo que "peleará" y "combatirá" esta sentencia "hasta las últimas fuerzas" y hasta "las últimas consecuencias" al considerarla "injusta". 

 

Dolores Delgado dedicó en la SER una crítica al Supremo que se parece mucho a la acusación de prevaricación al manifestar que los magistrados "querían llegar a un fin" con la sentencia y "a partir de ahí construyeron la fundamentación" jurídica con "contradicciones profundas" y "argumentaciones oscuras”. 

Por cierto que, al día siguiente del varapalo del Tribunal Supremo a Álvaro García Ortiz, el presidente del Gobierno decidió que este siga ocupando ese cargo cuatro años más. Y es que: “¿De quién depende la Fiscalía? Pues eso”, Sánchez dixit.