Luis Rubiales, presunto delincuente. Mejor, sin presunción...
Jorge Vilda, entrenador de la Selección Nacional de fútbol femenino, salvó su cargo gracias a que Luis Rubiales le mantuvo en el puesto cuando tuvo que afrontar el chantaje de las internacionales españolas... todavía no se sabe por qué.
El Seleccionador nacional de Fútbol masculino, Luis de la Fuente, también tiene razones para estar más que agradecido a Luis Rubiales, que le promocionó a un puesto para el que la inmensa mayoría de los aficionados resultaba un desconocido y al que los propios directivos de la Federación no le consideraban preparado.
La España progre, convertida en España negra, resucita el espejismo de la "mayoría social" para hacer leña del árbol caído: estamos en la posesión de la verdad porque somos todos los que fusilamos a Rubiales
Pues bien, tras aplaudirle en su alegato de defensa del pasado viernes, toda vez que la FIFA le inhabilitó en sus funciones (precisamente la FIFA), Jorge Vilda y Luis de la Fuente se han revuelto contra la indigna actitud de su superior... y le han dejado a los pies de los caballos.
Olvidan que Roma no paga traidores y que el enloquecido feminismo actual no perdona porque no sabe perdonar: a ambos les han utilizado contra Rubiales y, una vez utilizados, ya han empezado a condenarles por su 'pecado', consistente en no haberle clavado el puñal a tiempo a quien tanto deben. Aquí todo el mundo le pisa el rabo al león después de muerto, no antes.
Lo de Rubiales, un personaje que, como creo haber dicho antes, no me cae simpático, es una buena muestra de la crisis que sufre la nación española, que es crisis moral profunda. Porque lo que estamos viviendo no es más que un linchamiento puro y duro. El linchamiento de Luis Rubiales, no el de Jennifer Hermoso.
Sorprende la crueldad feminista y la ingratitud y la cobardía masculina imperantes en la nación española. ¿Alguien se ha percatado de que Rubiales puede acabar en la cárcel y nuestro país en una enorme mentira?
Por partes, que a algún lector le ha extrañado la defensa que hace Hispanidad del aún presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). De entrada, Luis Rubiales es un grosero pero no un violador, ni el arquetipo de todos los males. La calumnia por exageración es arma temible.
Hablo de una España progre, convertida en España negra, que de continuo resucita el espejismo de la mayoría social para hacer leña del árbol caído: nosotros estamos en la posesión de la verdad porque somos todos -como dijo el Cholo, entre un 85 y un 90%- los que fusilamos a Rubiales. Por tanto, no podemos estar equivocados.
Sorprende la crueldad feminista y la ingratitud y la cobardía masculina imperantes en la nación española. ¿Pero es que no hemos caído en la cuenta de que hoy es Rubiales pero mañana podemos ser usted o yo?
De hecho, ¿alguien se ha percatado de que Rubiales puede acabar en la cárcel y nuestro país en una enorme mentira?
Luis Rubiales es un grosero, un maleducado, y un machista -sí, también- además de un personaje poco recomendable como modelo para los niños. Pero no es un agresor sexual, ni mató a Manolete y, sobre todo, ahora merece apoyo porque se está enfrentando a un linchamiento público, al arma feroz de la corrección política, raíz de una parte considerada de los cinismos de hoy en día. Y ojo, como permitamos el "asesinato social" de Rubiales, el número de linchamientos se multiplicará. Y al de Rubiales ya se ha sumado la Fiscalía.