Si Pedro Sánchez se convierte en presidente de la III República, Yolanda podría ser presidentona del Gobierno
Una tenaza de tintes revolucionarios amenaza a España. Por una parte, Yolanda Díaz, vicepresidente del Gobierno Sánchez y líder de Sumar, necesita recupera protagonismo político y ha dado orden -los comunistas siempre funcionaban por consignas- de atacar a SM el Rey Felipe VI, a costa de su discurso de Navidad. En Sumar, y en Podemos, ya hablan del último Rey Borbón y de replantearse la forma de Estado. Incluso se plantean como posible una de las antiguas aspiraciones de Sánchez: la de convertir a España en una república con él como primer presidente.
Al mismo tiempo, está el paripé del Mar Rojo. Por un lado, en la embajada de Estados Unidos en Madrid hablan de la frustración de la casa Blanca ante la actitud veleidosa de Pedro Sánchez frente a los piratas hutíes del Mar Rojo. No dicen que Joe Biden dio por hecha la participación de España en la operación, fuerza multinacional para asegurar el paso de mercancías por el Mar Rojo hacia Oriente y hacia el canal de Suez. Pero lo cierto es que España primero dijo sí aunque dentro de Europa y luego dijo que no, tampoco en el seno de una operación europea. Y todo ello contra la voluntad de la titular de Defensa, Margarita Robles. Era la primera vez que Sánchez se atrevía a decir no a Biden y Biden ha expresado su decepción con España. A lo mejor esto tampoco es importante.
En Moncloa aseguran que con esta negativa se ha revalidado lo que ellos califican del 'liderazgo europeo' de don Pedro. Veremos.
La verdad es que la primera naviera del mundo, la danesa Maersk, ya ha anunciado que reanuda sus operaciones por el Mar Rojo. Si se hubiera esperado unas horas, a lo mejor no tenía que haberle hecho un feo a 'Yayoyou'. Claro que si se trata de ratificar el liderazgo europeo de don Pedro...
Más importante es la arremetida de Yolanda Díaz, que no soporta dejar de ser la novia en la boda, el niño en el bautizo y el muerto en el entierro.
Lo cierto es que el discurso de Felipe VI suena anodino, un tanto falto de pasión, de defensa de la Constitución de 1978 con mucho retraso y poca pasión. En otra palabras ni una percha de la que colgar una polémica forzada. Es igual, las polémicas no tienen por qué ser reales. Es más cuanto más imaginarias más se extienden en el tiempo. Felipe VI y último, nueva consigna de Sumar, con Podemos y los separatistas catalanes y vascos como palmeros, ha agitado de nuevo el fantasma de la III república en España.
Además, si Pedro Sánchez se convierte en presidente de la misma, Yolanda podría ser presidentona del Gobierno.
En España empieza a emanar un tufillo revolucionario. Por ahora, sólo en diminutivo.