Iván Espinosa de los Monteros, uno de los fundadores de Vox, abandona la política activa y no recogerá su acta de diputado. Seguirá ligado a Vox, pero como afiliado de base, según ha manifestado en un comunicado enviado este martes a sus compañeros de partido.

La salida de Espinosa de los Monteros es muy relevante porque, como adelantamos en Hispanidad, era el representante del núcleo liberal del partido, ojo, liberal en materia económica, esto es, liberalismo entendido como defensa de la propiedad privada pequeña.

Su salida es muy relevante, decimos, porque Vox es el único partido con representación parlamentaria que defiende este liberalismo económico, una posición que quedó muy debilitada tras las salidas del que fuera portavoz económico, Rubén Manso, y de Víctor Sánchez del Real, y que ahora parece recibir la puntilla, con la dimisión de Espinosa de los Monteros.

Pero más importante aún es la lucha interna en Vox entre falangistas y cristianos. La salida de Espinosa de los Monteros, enfrentado al azul Buxadé, es una derrota muy significativa de estos últimos y si Abascal no lo remedia, será el inicio de la caída de Vox, al menos como partido defensor de los principios cristianos.