Ayer, ese gran demócrata, perdón, autócrata, que es Pedro Sánchez anunciaba ante sus parlamentarios socialistas del Congreso y Senado que va a salvar al país del "fango", y de las "campañas de desinformación, presiones a periodistas y corruptelas" con su 'Plan de Acción por la Democracia', que hoy aprobará el Consejo de Ministros. 

Un 'Plan de Acción por la Democracia' o de 'regeneración democrática' que, entre otras cosas, eliminará el delito de ofensas religiosas (aún se discute sobre el de injurias al Rey). ¿Eliminar el delito de ofensas religiosas, cuando la mayoría de la población es creyente (por ejemplo, en España) ayuda a la regeneración democrática? Al parecer, para Pedro Sánchez, sí. 

Casualmente, al presidente del Gobierno se le ocurrió este 'Plan de Acción por la Democracia' tras sus 'ejercicios espirituales' de cinco días, que se tomó justo cuando su esposa Begoña empezó a ser investigada por la justicia. Y, en el fondo, esconde un nuevo método de censura, que consistirá en crear 'listas negras' de medios de comunicación a los que las grandes empresas españolas no deberán patrocinar bajo pena de… (ya se verá). 

Este es el estilo Pedro Sánchez: vender humo con gran prosopopeya y pompa, supuestamente por el bien común (que si la democracia, que si la Constitución), cuando lo que busca en el fondo es beneficiarse a sí mismo. Y censurar la libertad de prensa al grito de viva la libertad de prensa. 

Un estilo, el de Pedro Sánchez, que el experiodista de El País, David Alandete, conoce a la perfección, pues lo sufrió él mismo cuando, siendo Sánchez secretario general del PSOE (todavía no presidente) del Gobierno, le llamó "a gritos" para que cambiase un titular (trabajaba todavía en El País). Lo explica así el mismo periodista:

Y aquí: 

Pedro Sánchez, el autócrata. El estilo es el hombre...