Es por todos conocido que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, está extremadamente preocupado por los pseudomedios. Tras su carta de amor a la ciudadanía quedaba claro que los objetivos a batir por el aprendiz de dictador son dos: jueces y periodistas.

Cuando se conoció la imputación de su esposa, volvió a cargar contra la prensa, dando una nueva entrevista en la Televisión Pública, donde anunciaba su plan de "regeneración democrática" porque hay que frenar los "bulos" de los medios de comunicación, a los que Sánchez denomina como "tabloides". 

Y es que hay que evitar "bulos y desinformación y estrategias de difamación", para una "mejora democrática de nuestro país". En la imparcial entrevista, su sanchidad mostraba asombro y se preguntaba cómo es posible que algunos partidos de derecha y ultraderecha y algunas instituciones, evidentemente regidas por la derecha y ultraderecha, financien con más presupuestos medios digitales, es decir, pseudomedios, que grandes medios. 

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Cualquier podría deducir que con uno de esos grandes medios puede ser por ejemplo RTVE, la tele pública, la financiada y sostenida con el dinero de todos, todas y todes, esa que debería ser un estandarte del buen hacer, de la buena prensa y de los no bulos, ¿verdad? 

Pues bien, hace unos días el Milei acudía a Madrid y era premiado por Ayuso, las imágenes saliendo al balcón de Sol corrieron por la red y RTVE las emitía... pero con un pequeño cambio o manipulación, la televisión de los españoles modificó el audio para que se oyeran gritos de "¡Fuera, fuera!" y de "¡Libertad, libertad!" a partes iguales, mientras que vídeos de los allí presentes confirman que la mayoría se mostraban a favor del argentino. 

El escándalo ha sido destapado en redes sociales por diferentes usuarios, que han compartido videos sin editar en comparativa con lo que publicó RTVE. Menos mal que como dice Juan Ramón Rallo pronto vamos a tener "una ley contra los bulos redactada por quienes ya se encargan de que no haya bulos en los medios públicos", si no sería para preocuparse.