El fugitivo de la justicia española, Carles Puigdemont, ha 'posteado' esta mañana un post en la red X (antes Twitter), del siguiente pelaje:

"Después de lo que está ocurriendo en Madrid, ¿a qué hora sale el rey a hacer el mensaje ordenando ir "a por ellos"? ¿O es que está 'con ellos'?

Se refiere el fugitivo, claro, a los incidentes acaecidos en los últimos días en las concentraciones ante la sede del PSOE en la calle Ferraz para rechazar la amnistía que Pedro Sánchez está a punto de concederle a él, al propio 'Puchi', para poder seguir en el poder.

Lo que está claro es que estos lamentables incidentes violentos están protagonizados por 'individuos antisistema', no sabemos si de izquierdas (infiltrados para desacreditar las propias concentraciones) o de derechas. 

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Pero esos violentos no representan a esa inmensa mayoría de españoles que estos días se manifiestan en muchas ciudades de manera pacífica, porque es la única forma que tienen de hacer oír su voz ante semejante traición de Sánchez a España y los españoles. Es la única manera que tienen --que tenemos-- de manifestar la indignación ante semejante atropello y ante el golpe de Estado por la puerta de atrás que está protagonizado el presidente en funciones con sus aliados separatistas y enemigos de España, empezando por el propio Puchi.

¿Y en qué consiste el golpe de Estado que estáis dando tú y Sánchez con la amnistía?

En acabar con el principio de la igualdad de los ciudadanos ante la ley (unos políticos concretos sí pueden delinquir y el resto de ciudadanos no), en anular el principio de la separación de poderes (porque el trabajo de los jueces en el juicio al 'procés' sería invalidado), y "en romper el principio según el cual los poderes públicos están sometidos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico". "Se quiebra el principio de jerarquía normativa: una ley no puede pasar por encima de la Constitución. Si una mayoría parlamentaria permitiera soslayar la Constitución, el Título X, dedicado a su reforma, sería papel mojado", explica Juan Carlos Girauta en El Debate

"Se pretende ahora dar un paso más y situarnos en el principio del fin de nuestra democracia. Romper las reglas de la Constitución de 1978 y volar por los aires el Estado de Derecho", denunció la Asociación Profesional de la Magistratura (APM) el pasado 1 de noviembre (la asociación mayoritaria de los jueces, con más de 1.400 magistrados asociados). 

Confundir el 'interés de España' con el interés del Presidente del Gobierno en funciones para evitar la hipotética formación de gobiernos de partidos de una ideología diferente a la suya es algo manifiestamente incompatible con la alternancia política, ínsita en el principio básico de pluralismo político que, según el artículo 1 de nuestra Constitución, es un valor superior de nuestro ordenamiento jurídico

Y lo denunció también el Consejo General del Poder Judicial el pasado lunes 6 de noviembre: "Confundir el 'interés de España' con el interés del Presidente del Gobierno en funciones para evitar la hipotética formación de gobiernos de partidos de una ideología diferente a la suya es algo manifiestamente incompatible con la alternancia política, ínsita en el principio básico de pluralismo político que, según el artículo 1 de nuestra Constitución, es un valor superior de nuestro ordenamiento jurídico.  Pero hacerlo exceptuando la aplicación de la ley para impedir la acción en curso de los tribunales o dejar sin efecto la que ya se hubiese producido mediante sentencias firmes, convirtiendo en papel mojado esas sentencias, es algo rotundamente incompatible con el principio de Estado de derecho en el que, nuevamente según el artículo 1 de nuestra Constitución, se quiso constituir España y efectivamente se constituyó… al menos hasta ahora. Utilizar la promulgación de una ley singular para invadir competencias propias del Poder Judicial como medio de negociación política, constituye una perversión del régimen constitucional, porque nada impediría que mayorías coyunturales en la composición de las Cortes impongan su criterio por encima de las exigencias constitucionales, al amparo de que una norma con ese rango no puede ser cuestionada por los ciudadanos".   

Todo esto es lo que te esás cargando, Puchi (y Sánchez). Además, el discurso que pronunció el rey el 3 de octubre de 2017 en el contexto del 'procés' independentista fue precisamente para neutralizar ese golpe de Estado. Por lo que ahora, si el rey tuviera que hablar debería ser también para denunciar este otro golpe de Estado que estás volviendo a protagonizar, esta vez con el secretario general del PSOE como co-protagonista.