Sara Aagesen debe tener en cuenta las advertencias de la Asociación Empresarial Eólica (AEE) que preside Rocío Sicre y tiene como director general a Juan Virgilio Máequez
El gran error de Sara Aagesen al frente de la vicepresidencia tercera y del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico es conservar el legado de su antecesora, Teresa Ribera. En especial, un Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) que es muy ambicioso e imposible de cumplir, como ya hemos visto en Hispanidad y ahora le ha advertido el sector eólico.
La Asociación Empresarial Eólica (AEE) ha alertado sobre el ritmo insuficiente de instalación de nueva potencia eólica para cumplir los objetivos del PNIEC para 2030. Recuerden que dicho Plan recoge el objetivo de duplicar la energía eólica de nuestro país, pero para llegar a 62.000 megavatios (MW) desde los 31.000 actuales, habría que quintuplicar el ritmo anual de instalación. Y ojo, porque en los últimos 14 años, la media ha venido siendo de unos 1.000 MW nuevos al año.
Conviene tener en cuenta que el crecimiento en eólica (como sucede en solar) es cada vez más difícil por la lenta tramitación de los proyectos, algo que influye y mucho en el poco ritmo de instalación sobre el que ha alertado la AEE. A esta lenta tramitación, en parte, por la elevada burocracia de España, se suma el creciente rechazo en algunas zonas rurales (como se ha reflejado en las películas As bestas y Alcarràs) y el hecho de que cada vez queda menos espacio libre que sea idóneo por contar con viento... y tampoco hay tanto viento.
868 municipios (de los 8.132 totales que hay en España) de 16 comunidades autónomas cuentan con parques eólicos, alcanzando un total de 1.371, según la AEE
El ritmo insuficiente de instalación de nueva potencia eólica ha sido una de las principales conclusiones del último Estudio Macroeconómico del Impacto del Sector Eólico en España, elaborado con la colaboración de Deloitte. “Si la eólica no cumple, España no cumple; y si España no cumple, Europa tampoco”, ha referido el director general de la AEE, Juan Virgilio Márquez. Asimismo, ha destacado que la eólica cuenta con más de 30,5 gigavatios (GW), el 24% del mix energético en términos de potencia y cubre ya el 25,6% de la demanda eléctrica, “consolidándose como la primera tecnología eléctrica de España”. Eso sí, la nuclear es la segunda y con sólo 5,69% de la potencia generó el 20,34% de la electricidad de nuestro país en 2023.
En el citado estudio, se recoge una contribución del sector eólico al PIB de 3.791 millones en 2023 y una cifra de empleos directos e indirectos de 35.471. Nuestro país es el segundo de la Unión Europea y el sexto del mundo en potencia instalada de eólica, de hecho, 868 municipios (de los 8.132 totales) de 16 comunidades autónomas cuentan con parques eólicos, alcanzando un total de 1.371, según la AEE, que está presidida por Rocío Sicre. Además, España es el segundo exportador mundial de aerogeneradores.
La AEE también se ha quejado de la “importante” carga fiscal del sector, que asciende a unos 578 millones de euros,... frente a los 580 millones que abona la nuclear sólo en la tasa Enresa (tras su última subida)
Márquez ha pedido la regulación de la eólica marina, en especial del marco normativo que diseñe la primera subasta y su convocatoria para el próximo año, pues es “urgente para no perder la oportunidad industrial como país”. “Si no hay regulación, nadie puede desarrollar este tipo de instalaciones”, ha subrayado. Ojo, porque la AEE también se ha quejado de la “importante” carga fiscal del sector, que asciende a unos 578 millones de euros: “El sector eólico es un sector que contribuye mucho; pagamos prácticamente el doble de impuestos y tributos que en costes de personal”, en concreto un 46% más. Eso sí, esa cifra es inferior a los 580 millones que el sector nuclear abona sólo en la tasa Enresa (tras su última subida, según un estudio de PwC) y a la que luego se suman más millones en otros impuestos estatales, autonómicos y locales, así como tasas, y muchos de ellos redundantes. Además, a Márquez le preocupan los nuevos tributos impuestos, como el impuestazo energético,... que se basan en unas ganancias de un periodo de altos precios de la luz que no se van a mantener.
Ante este contexto, Aagesen debe tomar cartas en el asunto y asumir, cuanto antes, que el PNIEC de Ribera... y en cuya elaboración también participó es imposible de cumplir. En primer lugar, debe responder a la cuestión de si mantiene el cierre nuclear que tanto impulsó Ribera o si opta por la prórroga, como cada vez le piden más voces (la penúltima viene de casi 40 pueblos extremeños de la zona de la central de Almaraz, tras las de la Junta de Extremadura (a través de su presidenta, María Guardiola, y de una consejera), la Cámara de Comercio de EEUU en España, Foment del Treball, la Comunidad de Madrid, la consultora PwC, Foro Nuclear (asociación que representa a la industria nuclear española), el exministro socialista Jordi Sevilla desde LLYC, Fedea, el PP...). Asimismo, la nueva vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico debe solucionar el problema de la lenta tramitación de proyectos y la excesiva burocracia, y también leerse bien los informes que han elaborado Enrico Letta y Mario Draghi.