El Sanchismo nos lleva a los periodistas como se lleva al burro con el ronzal. Leo una y otra vez en medios, de izquierdas y de derechas, que Puigdemont (Junts) y ERC (Rufián, como su mismo nombre indica) ponen condiciones severísimas a Pedro Sánchez para apoyarle en su investidura... lo cual es una majadería que sólo los muy, muy ingenuos, pueden creerse. 

A ver: ¡por supuesto que Puchi y Rufián darán la presidencia al PSOE! Harán presidente a Sánchez, no lo duden, sólo un ingenuo podría pensar lo contrario. Y le nombrarán presidente porque Sánchez les dará lo que le pidan. Con ningún otro conseguirían sus propósitos.

Por tanto, todo ese diletantismo político no es más que una tontuna propia de aficionados cándidos que aún piensan que Pedro Sánchez tiene límites a la hora de mantenerse en el poder. Sánchez no tiene límites porque tampoco tiene principios, y donde no hay principios no hay límites

Y los orcos de Mordor (Puchi, Rufián, Otegui y Ortúzar) lo saben. Saben que ni Puchi ni Rufián ni Otegui ni Ortúzar, ni mucho menos los comunistas Yolanda Díaz, Pablo Iglesias o Íñigo Errejón, todos ellos envueltos en el genérico adjetivo de progresistas, donde cabe todo y lo que todo lo justifica, pueden votar a otro que no sea Sánchez.

Para los cristianos, una alianza entre PP y PSOE no supone ninguna solución. Sólo es una alianza entre progres de derecha y progres de izquierda, que no evitan la España roja pero sí pueden evitar la España rota

No, el único que puede salvarnos del huracán Sánchez es el jefe del Estado, Felipe VI, encargado de nominarle para formar Gobierno. Cuatro años atrás, el monarca permitió el gobierno socio-comunista de PSOE y Podemos. Entonces, el monarca lo tenía más difícil que ahora, pues ha sido el PP quien ahora ha ganado las elecciones. Casi cuatro años después, el Rey tiene la oportunidad de enmendar su error. Pero para eso debe ser valiente. Un ministro sanchista comentaba recientemente que el presidente en funciones había dejado de ser republicano: con este Rey tan cobarde a Sánchez le va mucho mejor que con una III República para lograr su único objetivo: mantenerse en La Moncloa al precio que sea. Y luego, cuando aumente el guerracivilismo y se acentúe la miseria económica provocada por el desastre sanchista... donde Pedro intentará ser presidente de la Comisión Europea. Para entonces, estaremos en octubre de 2024.

Se trata de no ofrecer a Sánchez la formación de otro Gobierno Frankenstein, esta vez aún más Frankenstein, y de forzar un acuerdo entre PP y PSOE para expulsar a separatistas y filoterroristas de la gobernación de España.

Ojo: quede claro que, para los cristianos, una alianza entre PP y PSOE no supone ninguna solución. Sólo es una alianza entre progres de derecha y progres de izquierda, que no evitan la España roja pero sí pueden evitar la España rota. Y no olvidemos la frase de monseñor Antonio María Rouco: “la unidad de España es un bien moral”. Frase que a mí me costó entender en su día porque  comprendí mal, Rouco se refería a que, en el caso de España, y en el de apenas un par de naciones más, en el mundo, puede decirse algo parecido: la fe cristiana constituye el principal factor de cohesión e incluso la raíz de la nación española. Por tanto, sí, en el caso de España, no en el de la mayoría de las naciones, su unidad constituye, además, un bien moral

Pues bien, sólo el Rey puede evitar la tragedia de que Sánchez repita como presidente del Gobierno: ¡No se arrugue, Majestad!