A su izquierda, los dos secuestradores; a su derecha, los dos secuestrados
¿Qué sentido tiene un reglamento si se incumple cada vez que le conviene a una parte? Es lo que sucede con el reglamento del Congreso, concretamente, con los requisitos para formar grupo propio. Dependiendo qué partido sea y en qué circunstancias, se incumple y no pasa nada.
Mañana viernes, a las 14:00 horas, termina el plazo para la formación de grupos en el Congreso y este jueves, tanto el PSOE como Sumar, en un alarde de generosidad, han cedido cada uno de ellos dos diputados a Junts y a ERC, respectivamente, para que puedan tener grupo propio. Como decimos, un ‘fraude de ley’, pero muy legal.
Porque en las pasadas elecciones, tanto Junts como ERC lograron 7 diputados cada uno, pero no alcanzaron el 15% de los votos en las provincias donde se presentaron ni el 5% de los votos en el conjunto del Estado, requisitos ambos imprescindibles -además de tener más de cinco diputados-, para tener grupo propio. Da lo mismo.
Uno de los beneficios de tener grupo propio es monetario. Concretamente, 30.346 euros mensuales fijos, independientemente del número de diputados, más otros 1.746 euros por cada diputado. En total, tanto Junts como ERC dispondrán cada uno de ellos de 42.548 euros mensuales, esto es, 510.816 euros al año. Gracias, Pedro; gracias, Yolanda.
Además de la cuestión monetaria, tener grupo propio permite tener más minutos de intervención en los plenos, representación propia en las comisiones, portavoz propio, más facilidad para tramitar iniciativas parlamentarias, así como la capacidad para contratar personal como secretarias, asesores, etc. Todo con dinero de los contribuyentes, naturalmente.
En definitiva, ¿para qué sirve un reglamento que se incumple cuando interesa? Mejor sería cambiarlo o directamente derogarlo.