Mal estreno ha tenido Sara Aagesen en su primer Pleno del Senado para responder preguntas de la sesión de control al Gobierno. La nueva vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha afirmado que su marido, Diego Fernández-Polanco Íñiguez de la Torre, “no ha recibido ninguna ayuda del Ministerio para la Transición Ecológica”, y dice la verdad, pero olvida que sí ha recibido de otros tres Ministerios siendo ella secretaria de Estado de Energía y por tanto, número dos de Teresa Ribera.

En concreto, la startup teCH4+, donde trabaja su marido y su hermano, Erik Aagesen, ha recibido 171.300 euros en sólo 11 meses, como informó Ok Diario. El 14 de diciembre de 2022 logró una subvención de 6.000 euros del Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública (carteras que en aquel momento estaban repartidas entre los Departamentos de Nadia Calviño y de María Jesús Montero), a través de la entidad pública Red.es. El 23 de diciembre sumó un préstamo de 125.400 euros de la Agencia Estatal de Investigación (AEI), dependiente del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades que lidera Diana Morant. Y como guinda al pastel, el 21 de noviembre de 2023 obtuvo una subvención de 39.000 euros del Ministerio de Industria y Turismo (recién llegado al mismo Jordi Hereu), a través de la Fundación Escuela de Organización Industrial (EOI).

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Aagesen se ha puesto demasiado digna y ha dejado ver cierta caradura al preferir señalar que el PP “emite falsedad respecto a mi familia y mi persona”. Y ha añadido: “Ejerzo mi trabajo como secretaria de Estado y ahora como vicepresidenta, antes de este trabajo mi familia tenía un trabajo y seguirá ejerciendo su trabajo a pesar de que usted no quiera (aludiendo a una senadora del PP)”. 

En paralelo, Aagesen ha subrayado que “estoy en el lado de la legalidad, del uso eficiente de los recursos públicos y el respeto a los intereses de la sociedad” ante las preguntas de los senadores peperos sobre el fraude de hidrocarburos y la licencia que recibió la empresa Villafuel (propiedad de Víctor de Aldama) para operar con hidrocarburos, una autorización que “tardó más de 600 días hasta que se cumplieron todos y cada uno de los criterios”, cuando la media suele estar en 200... Además, Aagesen ha añadido que son los operadores los que se dan de alta en el listado de la CNMC y su Ministerio sólo valida que los criterios se cumplan. 

La nueva vicepresidenta y ministra se ha referido a la cartografía de zonas inundables, un día después de mostrar su apoyo a los afectados por la trágica DANA en Valencia y anunciar que acudirá en los próximos días a visitarles (algo que Ribera no hizo... al estar más centrada en hacerse con la ansiada silla de vicepresidenta europea... y en la que se ha estrenado visitando la planta de ArcelorMittal en Gante). Asimismo, se ha referido a los servicios de predicción e información hidrológica de una presa de Navarra, así como a las subvenciones nominativas, pero ni ha sido preguntada ni ha hecho ninguna mención sobre qué piensa hacer con las centrales nucleares españolas, así que se mantiene la duda sobre si mantendrá el cierre que impulsó Ribera o se atreverá a prorrogarlas (algo que en las últimas semanas le han pedido Foment del Treball, la Junta de Extremadura, la Comunidad de Madrid, la consultora PwCForo Nuclear (la asociación que representa a la industria nuclear española), el exministro socialista Jordi Sevilla desde LLYCFedea, el PP...). 

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Aagesen no ha hablado de la nuclear en su estreno en el Senado, aunque no es antinuclear como el nuevo secretario de Estado de Energía y ya ex director general del IDAE, Joan Groizard. En el congreso del PSOE celebrado el pasado fin de semana, la nueva vicepresidenta tercera presumió de apuesta por las energías renovables, el autoconsumo y los recursos autóctonos. Al mismo tiempo, añadió que quiere “proteger a los más vulnerables con precios estables”... y al hilo de esto, cabe recordar que si España cierra sus siete reactores nucleares, subirá el precio de la luz, el uso del gas... y las emisiones de CO2, como ya han advertido, entre otros muchos, Fedea y Alfredo García (conocido en X como Operador Nuclear, y que es ayudante de jefe de turno en la central nuclear de Ascó, tiene licencia de operador de reactor y supervisor, y también es ingeniero de Telecomunicaciones, licenciado en Comunicación Audiovisual y divulgador científico), quien incluso lo consideró “un suicidio” y que elevará la dependencia energética del exterior. Además, se está viendo en Alemania (donde el cierre nuclear ha disparado el uso del gas y ¡hasta del carbón!).