Ojo al dato: el señor ministro de Autonomías y de la muy Democrática Memoria, aproximadamente histórica, don Ángel Víctor Torres, fue presa de la emoción cuando confesó que su señora madre no había conseguido escribir su nombre. Sinencambio, su señor abuelo escribía perfectamente. ¿Por qué, se preguntará la audiencia? Sencillo: porque en la dictadura (la de Franco, naturalmente, que ninguna otra ha habido) a las mujeres no se les permitía estudiar.

¡Qué cosas! Cuando yo entro en la universidad hacía dos años que se había muerto el innombrable y faltaba uno para que se aprobara la Constitución y resulta que me encontré en una clase con más chicas que chicos. 

Albergo la sospecha de que mis nunca bien loadas compañeras de promoción, para entrar en la universidad, habían pasado por el colegio, donde habían aprendido a leer y a escribir algo más que su propio nombre. Pero sospecho que se trataba de un eufemismo que mantuve durante cinco años de carrera… porque lo cierto es que Franco no les permitía estudiar. ¡Maldito machista! 

Esto es: uno comprende que cuando se llega a ministro nos vemos obligados a decir muchas tonterías, más incluso de las que hacemos. Ahora bien, lo que llevo peor es eso de que nos tomen por idiotas.