Se le olvidó decir a don Pedro que el Guernica volvió a España gracias a la gestión de Leopoldo Calvo-Sotelo, asesinado por un grupo de policías y matones a las órdenes del socialista Indalecio Prieto (derecha de la imagen)
Museo de arte Reina Sofía. El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, ¡cuán emocionado!, inicia el muermo del año: los 50 años de libertad: festejos por que el dictador Francisco Franco la diñó un 20 de noviembre de 1975... y eso hay que festejarlo, aunque algunos prefieren expresarlo de otra manera: se trata de pisarle el rabo al león después de muerto, sólo medio siglo después de muerto.
En el momento del clímax de su discurso, don Pedro recuerda el Guernica de Picasso, que se expone precisamente en el antro donde se celebraba el acto, el Museo de Arte Moderno Reina Sofía, y que supuestamente representa el bombardeo fascista sobre una población española, advierte que el cuadro sólo pudo volver a España cuando ya teníamos "democracia".
Ahora bien, el problema del sectarismo y de la revisión interesada y manipulada de los acontecimientos históricos, quizás por una omisión del escribano de Moncloa, se le olvidó decir a don Pedro que el Guernica volvió a España gracias a la gestión de Leopoldo Calvo-Sotelo, segundo presidente de la democracia española actual, tras Adolfo Suárez, un tipo de derechas de toda la vida, no precisamente progresista.
No sólo eso, porque esto de la memoria histórica lo carga el demonio: don Leopoldo era sobrino carnal de José Calvo Sotelo, el jefe de la oposición conservadora durante la II República, un régimen de lo más democrático, como todos sabemos, y resulta que José Calvo Sotelo fue asesinado por un grupo de policías y matones a las órdenes del socialista Indalecio Prieto. Uno de los asesinos era precisamente, el guardaespaldas del líder socialista en la segunda República.
¿Ironías del destino? No, petulancias de la ignorancia, porque esto revela mejor que ninguna otra cosa lo que está ocurriendo con el famoso aniversario, quincuagésimo, de la muerte del pérfido dictador. Verán, la Transición construyó una España de consenso, de vuelta a la concordia, que recuperaba aquel intento de unir a los dos bandos de 1936 y 1939.
Pero claro, el guerracivilista Sánchez difunde que socialistas comunistas y anarquistas, el Frente Popular, mató bien y justamente, mientras los fascistas eran unos homicidas que se ensañaron con los demócratas. Y de ahí no le sacas, pero pretende que la derecha le apoye. Al PP no le da la gana. Y si no entra, ya lo dijo el ministro de memoria democrática, el masoncete de Ángel Víctor Torres, entonces es que el Partido Popular no es democrático y esto por su meridiana involución hacia el franquismo, el fascismo, el nazismo y algún ismo más que se me está olvidando.
Pues nos queda un año entero para soportar. Seguramente, de este tiempo sectario de prueba saldremos muy fortalecidos.