No tienen más que escuchar a la emergente Pilar Alegría, ministra de Educación y portavoz del Gobierno, aficionada a la repetición de eslóganes sin temor al agotamiento, incidir en eso de los "tabloides digitales". Es lo mismo que los periodistas del régimen, cada vez más numerosos, cuando se refieren a sus colegas críticos con el Gobierno, con indecible desprecio, como "pseudoperiodistas".

No sorprende que el oligopolio de grandes editores colabore en la persecución de los medios críticos con el poder pero sí la connivencia de los periodistas de esos medios con la persecución que el poder ejecuta sobre sus compañeros de profesión

Y es que lo que la noticia que hoy tengo que contarles es muy sencilla y muy trágica. Dice así: Moncloa ya elabora listas de "tabloides digitales" en los que las empresas no deben anunciarse. En eso consiste la nueva normativa del Sanchismo para 'limpiar' la democracia: no se está pidiendo trasparencia a las empresas periodísticas, a las que ya regula la trasparencia que les obliga la normativa contable y fiscal a cualquier otra empresa. Lo que quiere Moncloa es señalarles a los grandes anunciantes cuáles son los medios que "enfangan" la vida pública, que expanden "bulos" y "desinformación", todos ellos insertos en la fantasmagórica internacional ultraderechista, porque, insistimos, el espantajo ultra se vende muy bien en un país que ya no lee, sólo ve.

En plata: que Moncloa les señala a las empresas en qué medios deben anunciarse y en cuáles no. En los pequeños, los que más irritan a Sánchez, le susurra aquéllos a los que no debe patrocinar.

La persecución de Vito Quiles sólo es el emblema de una persecución mucho más profunda contra todo aquel periodista, o editor-periodista, que ose cuestionar al Régimen sanchista

Y lo peor es que algunas grandes empresas del IBEX ya colaboran en la persecución de la prensa libre de Internet para agradar al dictador don Pedro. Del resto se encarga Google, Facebook y su mariachi -ojo: mariachi periodístico, público y privado- de 'verificadores", el Ministerio de la Verdad orwelliano. Google es el encargado de decidir qué es lo que se lee y qué es lo que no se lee en España.

Ojo; no sorprende que el oligopolio de grandes editores colabore en la persecución de los medios críticos con el poder pero sí la connivencia de los colegas-periodistas de esos medios con la persecución que el poder ejecuta sobre sus compañeros de profesión y el silencio estentóreo de las asociaciones de la prensa, que sólo puede interpretarse como pura connivencia.   

Aunque Sánchez consiga silenciar, y nunca totalmente, a los periodistas, jamás conseguirá silenciar al periodismo ciudadano de las redes. ¿Que en un 90% son morralla? Sí, pero en un 10% son maravilla

La persecución contra Vito Quiles sólo es el emblema, la punta del iceberg, de una persecución mucho más profunda contra todo aquel periodista, o editor-periodista, que ose cuestionar a Pedro Sánchez. ¿Saben por qué Vito Quiles resulta tan odioso a los periodistas parlamentarios, que hasta han llegado a pedir a la presidenta del Congreso que le retiren la acreditación? Porque oír que el señor Quiles pregunta lo que ellos no se atreven a preguntar para no darse un mal rato, la valentía de Quiles, revela su cobardía.

Lo que está ocurriendo en España es muy grave. Sánchez pretende liquidar la libertad de prensa como paso previo a limitar, a través de la venenosa legislación sobre delitos de odio, la libertad de expresión. Tranquilos, aunque consiga silenciar, y nunca totalmente, a los periodistas, jamás conseguirá silenciar al periodismo ciudadano de las redes. ¿Que en un 90% son morralla? Sí, pero en un 10% son una maravilla.