Charlo con una ministra. Repite, con exquisita simplicidad, la nueva consigna de Moncloa: "dado que hemos sabido gestionar la crisis de la pandemia también sabremos gestionar la guerra de Ucrania. Eso deberíais concedérnoslo".

Sospecho que realmente se cree la mentira que pregona.

A ver, muchacho, el archivo: la gestión del Covid por parte de Sánchez fue que durante la primera etapa, por la letalidad del virus, entre mayo y junio de 2020, España sufrió el mayor número de muertos por habitante de todos los países comparables de Europa y del mundo, tan sólo superados por Perú. ¿Eso es un éxito? Al parecer, si la mentira se repite docenas de veces, sí. Además, la crisis del coronavirus poco tiene que ver con la guerra de Ucrania. ¿Se lo creen cuando lo dicen? A lo mejor sí.

Sánchez quiere liderar Europa frente a Putin y ahora tiene que disfrazarse de liberal. De liberal muy progre, se entiende

Pero la inconsciencia de Pedro Sánchez va mucho más allá. El personaje empieza a resultar divertido. Ahora pretende liderar a la Europa que se enfrenta a Vladimir Putin. Liderar, que no ayudar. Y así, mientras Polonia, no me cansaré de repetirlo, acoge a 1,5 millones de refugiados ucranianos, España acoge a 12.000.

La verdad es que el Gobierno español no puede gestionar la guerra de Ucrania, sencillamente porque le viene grande. Lo que sí podría es acoger refugiados, ayudar... que es lo que no hace. Insisto: los polacos, un pueblo que no llega a los 40 millones de habitantes, mucho más pobres que nosotros, han acogido a 1,5 millones de refugiados ucranianos. En su casa, sin necesidad de crear grandes establecimientos públicos "hub", mientras Sánchez visita los centros de acogida, delante de las cámaras de TV.

Pero todo esto ha tenido su repercusión positiva. Sánchez pretende liderar Europa, para coronar su espantosa legislatura con la Presidencia de la UE, en el segundo semestre del 2023. Para ello, inicia un viaje por distintos países europeos, todos aquellos que acepten una foto con él.

Y es que Sánchez quiere liderar Europa frente a Putin, su nueva campaña, y para eso debe disfrazarse de liberal. De liberal muy progre, se entiende. Y ahí Podemos le sobra, que en Europa no gustan los neocomunistas.

Esto empieza a resultar divertido porque la ignorancia es atrevida y ni Sánchez ni Feijóo saben reescribir la historia sin caer en el ridículo

El presidente del Gobierno ha entendido que no importa el color del gato si caza ratones. Es una doctrina que parece un inicio cuando es un final. Por eso, ahora Sánchez se ha introducido en una operación mucho más plausible que la del liderazgo europeo: el PPSOE: consiste en expulsar, tanto a Vox como a Podemos, del ámbito político. Y ojo porque Feijóo y Sánchez no tiene principios pero sí mucho instinto de supervivencia. Ya han pactado, no una rebaja, pero sí una congelación de impuestos. Haciendo de la necesidad virtud claro está, porque si Sánchez ya ha llevado a muchos españoles a la ruina, subir los impuestos ahora significaría... llevar a todos los españoles a la ruina.

Por tanto el PPSOE vuelve a convertir el fracaso en éxito. Como con el gasto militar: 10 años paralizado -sí también con el PP de Rajoy- y ahora resulta que vamos a más que duplicarlo. Otro pacto de Estado que no se podrá llevar a efecto sin reducir el Estado del Bienestar pero que su sólo anuncio supone dejar a Podemos en evidencia y por parte de Feijóo, decirle a Vox: ¿Veis cómo no sois necesarios?

Pero el PPSOE comienza a resultar muy divertido, porque la ignorancia es atrevida y ni Sánchez ni Feijóo saben reescribir la historia sin caer en el ridículo. Es lo que ocurre cuando no se tienen principios -y, por tanto, se habla continuamente de valores-: desde la nada no se puede ni mejorar ni empeorar. Sólo vegetar. Y el PPSOE no es ni bueno ni malo, es la nada. Es cuando las ideologías ya no importan, por tanto, no se engañen, tampoco las ideas. Es el final de la política, cuando la gente se da cuenta de que un Ceo puede ser más eficaz que un presidente. Y Sánchez y Feijóo, como Ceos, llevarían a sus respectivas empresas a la bancarrota.