Que dice la UCO, la unidad más de moda de la Guardia Civil, que el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, tuvo una actitud preeminente en la filtración de la situación fiscal y y, por lo tanto, jurídica, del novio de Ayuso a la sazón Amador González. En plata, que fue Ortiz quien filtró el asunto a la presa para dañar a la obsesión de Pedro Sánchez, que no es Feijóo, sino la presidenta madrileña. Encima, Moncloa ha metido por medio a su cabecilla en Madrid, Juan Lobato, a quien Sánchez ya ha condenado y piensa sustituirle por el ministro digital, Óscar López, el hombre que ha creado la televisión pública más plural de la era democrática.  

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En otras palabras bofetada de la UCO a Ortiz, justo en el momento en el que Tribunal Supremo podría sentar en el banquillo al fiscal general, lo nunca visto.

Tranquilos, aquí no dimite nadie. Desde luego, no será Pedro Sánchez quien le obligue a hacerlo. Es un peón utilísimo para retorcer la norma en beneficio del Gobierno Sánchez. O sea, un buen hombre.