Lo llaman 'tasa adicional de empleo'. O sea, más puestos de funcionarios públicos y no todos conseguidos mediante exigente oposición. Lo han acordado CCOO y UGT con, cómo no, el ministro del funcionariado y la cosa digital, Óscar López.

La competición por convertirse en el ministro más sanchista del Sanchismo, es decir, más sectario, más ineficaz, y el que más burradas profiere, del Ejecutivo de Pedro Sánchez es un duelo de lo más electrizante entre al menos cuatro personajes: Félix Bolaños, Óscar Puente, Grande-Marlaska, y ahora Óscar López.

Retrato general del funcionariado español: trabajar poco, ganar lo justo, fastidiando al ciudadano, jubilarse antes... y todo esto pagado por el sector privado, al que Marisu asfixia con impuestos

Tras lo ocurrido el lunes 24, éste último, el ministro de la cosa pública, se lleva la palma. Ha firmado un acuerdo con CCOO y UGT, por el que se compromete a poner en marcha una tasa adicional de empleo público. Es decir, más funcionarios, más burócratas... que viven de los impuestos del sector público.

Para entendernos, Mariano Rajoy redujo el número de funcionarios -fue lo único bueno que hizo- y les rebajó el salario o, la menos, les hizo perder poder adquisitivo. De esta forma pudo reducir el sector público. Algo es algo. Sánchez les ha hecho recuperar el salario y ha aumentado el número de efectivos. La pregunta clave: ¿ha mejorado con ello la seguridad, la educación y la Sanidad en España? No parece...

Historia del Sanchismo: ha sembrado el guerracivilismo con sus cesiones a los separatistas y desterrado la productividad de la economía española con sus cesiones a la extrema izquierda, al sector estatal. Así se mantiene en el poder, en equilibrio inestable

Y es que el emperador desfila desnudo. A ver, retrato general, con todas las excepciones que se quieran, del funcionariado español: trabajar poco, ganar lo justo, fastidiando al ciudadano, jubilarse antes... y todo esto pagado por el sector privado, al que Marisu asfixia con impuestos.

Todo ello dentro de este retrato general del Sanchismo: un modelo que ha sembrado el guerracivilismo con sus cesiones a los separatistas y que ha desterrado la productividad de la economía española con sus cesiones a la extrema izquierda, al sector estatal. Así es como Sánchez se mantiene en el poder, en equilibrio inestable pero se mantiene, con un país de burócratas y de burocracia. Los primeros son el sector público, la burocracia es lo que agobia al sector privado, a aquellos que se han creado su propia nómina.

La burocracia creciente ha forjado un mundo cada día más simple y cada día más complicado, cada día menos sencillo y cada día más complejo

Hoy un autónomo, un profesional, una pyme tiene su jornada laboral partida en dos: por una parte produce y gestiona. Por el otro cumple las normas, casi todas inútiles, que le exigen los burócratas, el sector público. Y desde que servimos la planeta, es decir, servimos a los ecologistas y la religión climática, el trabajo burocrático del sector privado se ha multiplicado por 'n' siendo 'n' un número que tiende a infinito.

España se ha convertido, con Sánchez, en un país de burócratas. Como siempre, el sector público, el funcionariado, ha forjado un mundo cada día más simple y cada día más complicado, cada día menos sencillo y cada día más complejo.