Muchos pucheritos y mucha soberbia
Puedo soportar las barbaridades de Irene Montero pero no sus pucheritos. El debate de ayer martes en el Congreso sobre la ley del sí es sí, acabó en lacrimógena -lágrimas de cocodrilo, eso sí- sesión de abrazos besos y sollozos entre Irene, Ione y demás compañeras mártires de la violencia machista. Sencillamente insoportable.
El 8 de marzo, una fiesta nacida anteayer, llega cargada con el enfrentamiento entre dos feminismos. Tranquilos, si el uno es malo, el otro peor.
Se pegan porque unas quieren legalizar la prostitución y otras no, pero ninguno de los dos bandos dice lo que hay que decir: que en la prostitución existen tres culpables, no dos: el proxeneta, el cliente... ¡y la prostituta! Sí, la mujer también es culpable.
¿Encarnizamiento probatorio? ¿Acaso puede condenarse a alguien sin pruebas?
Todo ello por prescindir de la verdad primera, siempre verdad ética, que dice que el cuerpo humano no puede ser objeto de transacción y que las relaciones sexuales son el inicio de una nueva vida y no materia de consumo a cambio de unos euros. El sexo, dice la moral, es una cuestión muy seria.
Por tanto la prostitución claro que puede y debe ser ilegalizada. Otra cosa es que la ilegalización sirva para algo. Lo que sirve es dejar claro a todos y todas que la prostitución es inmoral y nadie debe caer en ella.
Los trans: entiendo a las feministas que aseguran que si hay 112 sexos, ¿en qué consiste ser mujer? Ahora bien, son ellas, es el feminismo, quien ha banalizado el sexo y denigrado la maternidad, según ellas sólo apta para idiotas. Ahora que contemplan las consecuencias de sus actos, se quejan.
¿Leyes no 'punitivas'? Entonces ¿para qué hacer leyes? La ley siempre es coercitiva y punitiva
Sí, las feministas andan confusas ante este 8 de marzo... confusión que no es sino el desarrollo lógico de sus premisas que, como no podía ser de otra forma, se han vuelto contra ellas mismas.
Y esto se dejó ver en el Congreso en la cachondeable sesión del martes con el Sí es sí, otra de las tontunas de doña Irene. Podemos ofreció un paripé parlamentario con el 'Sólo el sí es sí' consistente en insistir en que el eje medular de la ley-chapuza de doña Irene es el consentimiento-. Una necedad: porque ninguna ley, jamás, ha puesto en solfa el libre consentimiento de la mujer para mantener relaciones sexuales. El consentimiento no puede ser el gran cambio... porque no cambia nada. Lo único que hace la reforma presentada por el PSOE y apoyada por el PP y Vox, es aumentar las penas para los violadores... que es lo que Irene llama volver al Código Penal de la Manada... ¿que tendrá que ver la gimnasia con la magnesia?
“Hoy el PSOE se da la mano con el PP, que siempre han votado en contra de los avances feministas, para volver al Código Penal de la violencia e intimidación.
— Podemos (@PODEMOS) March 7, 2023
Una muy mala noticia para las mujeres, seguiré trabajando para que el consentimiento siga en el centro”.
📽@IreneMontero pic.twitter.com/9s7spCHZe0
Y por cierto, la violación aunque suponga la meta esperable de una sociedad degenerada, debe ser castigada con la mayor dureza. Supone un infamia por parte del varón realmente inadmisible.
Otra chorrada podemita, derivada de la anterior: el infierno de la mujer ultrajada para demostrar su ultraje. Sí, ya sé que la violación es un crimen horrendo pero... ¿encarnizamiento probatorio? ¿Es que acaso puede condenarse a alguien sin pruebas?
Y la trompeta final: buscamos, decía ayer la portavoz de Podemos, "leyes no punitivas". ¿Leyes no 'punitivas'? Entonces, ¿para qué hacer leyes? La ley siempre es coercitiva y punitiva.
Soporto a la Irene chapuzas, ignorante, incluso ensoberbecida y orgullosa de su cortedad. Lo que no soporto son sus pucheritos.