La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional no le tiene mucho cariño al Juez Manuel García-Castellón, pero esta vez le ha golpeado donde más duele: en la causa del Tsunai Democrático, es decir, allí donde Puigdemont podía ser acusado de organizar el terrorismo callejero, acusación que, como dijo el otro, parecía bastante factible y creíble.

Pues bien, al solicitar una prórroga increíble, la Sala de lo Penal de la  Audiencia, que, como indicamos anteriormente, no le tiene mucha simpatía al magistrado, que se jubila en septiembre, ha decidido anular la instrucción desde el año 2021. Ni que decir tiene que para García-Castellón, quien, insisto, se jubila en septiembre, sería un volver a empezar.

De esta manera, Puchi podrá reírse de nuevo de la justicia española. Justo el mismo día, en que Josep Rull, emocionado ante la posibilidad del martirio, asegurara, en referencia a Puigdemont, que no toleraría que la policía detuviera a un diputado en el interior del Parlament, que antes tendrían que detenerlo a él. Lo dicho, un mártir este Rull. 

Al final, si no se le da la vuelta, Puigdemont puede volver con todos los honores a España: algo falla en la politizada justicia española.