En Alemania, jornada laboral de 35 horas semanales. Al menos eso proponen la izquierda alemana (SPD) del candidato presuntamente ganador, Olaf Scholz.

En Valencia, el Ejecutivo del insondable -nunca sabes por dónde va a salir- socialista Ximo Puig, propone la jornada laboral de cuatro días por semana,

A mí me han convencido, porque el panorama de trabajar poco y cobrar mucho no deja de constituir un interesante planteamiento de vida.

En España es más difícil, y más caro, despedir a un trabajador que divorciarse de tu esposa

Luego me pongo a pensar -funesto hábito- y acabo concluyendo que no, que trabajar menos horas tiene algo que ver -remotamente, no se crean- con la productividad y que cuando estamos hablando de todos los impuestos que gravan las nóminas, para mantener pensiones, subsidios y subvenciones, pues hombre, igual no es el mejor momento para reducir la jornada laboral y sí para aumentar la vida laboral. Es decir, retrasar la edad de jubilación… o no podremos pagar las pensiones.

Pero hay más. Ya entrados en materia, lo importante no es reducir las horas de trabajo sino los impuestos que graban el empleo, que aumentan el paro y la economía sumergida.

El empresario no es un sádico que disfruta despidiendo. No es una hermana de la caridad pero tampoco es un oligofrénico. Al menos, la mayoría

No hay que trabajar menos, sino crear más. No es este el momento de reducir la jornada semanal de 40 horas pero sí la de romper este absurdo esquema donde tenemos uno de los paros más altos de Europa mientras el empresario paga las cuotas más onerosas de Europa y, cada vez que contrata un trabajador, parece que se casa con él. Sí, en España es más difícil, y más caro, despedir a un trabajador que divorciarse de tu esposa.

Y lo mismo pasa con el despido libre. El empresario no es un sádico que disfruta poniendo a gente en la calle, especialmente en las pymes, que es donde se mira a la gente a la cara y a los ojos. El empresario despide cuando no ingresa y contrata cuando las cosas van bien y se puede permitir aumentar los gastos. No es una hermana de la caridad pero tampoco es un oligofrénico, aunque Javier Bardem (El Buen Patrón) piense lo contrario. Al menos, cuando actúa.

Quiero un mundo de autónomos libres

Yo apuesto por un mundo de autónomos libres y de asalariados que se dejan la piel por un salario que les permite sacar adelante a su familia.