De entrada, el gran paripé continúa. No se apuren que Carles Puigdemont ordenará que sus diputados voten por la investidura de Pedro Sánchez. Como hará ERC, como harán los proetarras de Bildu, como hará el PNV o el BNG: ¿dónde van a encontrar otro lirio como Sánchez, capaz de aceptar todo lo inaceptable con tal de mantenerse en el poder?

El ejército de tertulianos y de redistas al servicio, pagado o gratuito, del Gobierno encendieron el ventilador: el verdadero problema es la ultraderecha, que cantó el cara al sol frente a Ferraz, ¡oh sí!

Lo llevamos diciendo desde el 24 de julio: todo estaba pactado y las presuntas diferencias, gravísimas todas ellas, no son más que un grandísimo paripé para justificar la entrega de España en manos de los que odian hasta el nombre mismo de España.

Ahora, el PSOE nos sale con un 'referéndum preventivo' entre las bases para que el navarro Santos Cerdán -¡Pobre Navarra, que bajo ha caído!- asegure que han obtenido mayoría absoluta a favor de los pactos con los orcos de Mordor, con Puchi, Junqueras, Otegui, Ortúzar y compañía.

¡Claro que sí! Con un pregunta en la que ni tan siquera se mencionaba la palabra amnistía, donde lo único que se preguntaba al militante socialista era si era partidario de pactar con otras fuerzas políticas para mantenerse en el poder: ¿qué militante hubiera votado no? Es más, un 15% de 'noes' me parece un porcentaje excesivo.

Lo más grave: Sánchez está recreando las dos Españas. Ahora se reedita, la II República, un régimen homicida disfrazado de democracia: en la España de hoy, al sensato le llaman fascista

¿Recuerdan cuando Felipe González 'cambió de opinión', y nos metió en la OTAN? El referéndum levantó ampollas entre sus militantes del PSOE. Como González siempre ha sido un jetas, planteó una pregunta ininteligible y ganó el referéndum interno. Pero antes, se curó en salud y aseguró. "Es que algunos parece que quieren que la pregunta sea esta: "¿Va usted a votar sí a la OTAN (lo que González pretendía) pudiendo votar que no?".

Todo esto al rebufo de que Leopoldo Calvo-Sotelo nos introdujo en la OTAN sin consultar a nadie y contra el parecer de la entonces oposición socialista. Luego González se dio cuenta de que sin entrar en la organización anticomunista no podía ser una figura internacional y se montó el 'show' del referéndum manipulado.

También Francisco Franco, que ganó referendos sin necesidad de hacer trampa, aseguraba que, en una consulta popular, el resultado depende de cómo se formule la pregunta. Pues su aventajado alumno Sánchez, el mismo que desenterró su cadáver -gran hazaña- ahora quiere presumir de que los militantes socialistas han aprobado sus pactos con todos los orcos de Mordor.

El Sanchismo está recreando el Frente Popular que nos llevó a la Guerra Civil... cuando te mataban por entrar en una iglesia

Eso sí, desde que se anunció la consulta a las bases, el ejército de tertulianos y de redistas (más importante las redes sociales que los medios informativos, para desgracia de nosotros, los periodistas) al servicio pagado del Gobierno encendieron el ventilador: el verdadero problema no es la traición de Sánchez a los españoles sino la ultraderecha, que cantó el cara al sol frente a la sede socialista de Ferraz. Otra vez el espantajo de la ultraderecha en la propaganda socialista.

Lo más grave de todo lo que está ocurriendo en la piel de otro es esto: Sánchez está recreando las dos Españas. Como en la II República, a la mera sensatez le califican de fascismo. Así fue como acabamos en guerra civil... porque te mataban por el mero hecho de entrar en una iglesia. Fue entonces cuando los católicos se hicieron franquistas, para evitar que les matarán... y Franco, tras una durísima y cruel guerra civil, ganó.

Con su pacto con Puigdemont, Sánchez está reeditando el Frente Popular de la II República, un régimen homicida disfrazado de democracia... que nos llevó a la contienda civil.