Se impuso el linchamiento
Centrados en el linchamiento del grosero de Rubiales, los medios informativos importantes, sobre todo las canales de TV, con RTVE al frente, apenas han considerado pertinente tratar el fallo del Tribunal Supremo, según el cual se reduce la pena a dos hermanos violadores... en aplicación de la ley de la renacida ministra en funciones de Igualdad, doña Irene Montero.
La historia es simple: una menor de 17 años de edad acude a un domicilio a hacer de canguro de un bebé de dos meses. Allí, dos hermanos mayores de edad le emborrachan y le violan reiteradamente.
O sea, una agresión sexual muy parecida a lo de Luis Rubiales con Jenni Hermoso, que la ministra Yolanda Díaz ha calificado como "agresión sexual de manual", siempre según la normativa de Irene Montero que no distingue entre abuso y agresión sexual: todo es delito de agresión. Tas la violación, los dos hermanitos dejan a la cría abandonada en la calle, en estado de shock.
Naturalmente, los dos malnacidos han solicitado rebaja de condena al Supremo, aprovechando la ley del 'Sólo sí es sí' de Irene Montero y el Supremo ha tenido que otorgárselo porque lo dice la ley de Montero.
Ahora bien, ¿cuánto tiempo hemos dedicado los periodistas al fallo del Supremo? Muy escaso. ¿Cuánto le hemos dedicado al caso Rubiales, que, encima, ha servido para que resurja de sus cenizas la desprestigiada, con razón, ministra de Igualdad en funciones?
Ahora contemplen el panorama español bajo esta perspectiva: una Irene Montero que ha regresado a las portadas, de villana a heroína, gracias al caso Rubiales. Es decir, gracias a una exageración interesada de la grosería indecorosa del presidente de la Federación Española de Fútbol con la futbolista Jenni Hermoso. Todo ello, frente al ocultamiento de la reducción de penas a los dos malnacidos que violaron reiteradamente a una menor de 17 años que había acudido a cuidar a un bebé... y gracias al 'Sólo sí es sí'.
Y vean también la actitud del Estado, personificado aquí en el Gobierno Sánchez, que en materia jurídica se concreta en la actitud de la Fiscalía General del Estado, bajo el reinado del ínclito Álvaro García Ortiz que, como ya hemos dicho está haciendo buena a su antecesora, Dolores Delgado. Porque la Fiscalía instó a la judicatura a que no rebajara las penas por delitos sexuales por mor del 'Sí es sí' de Montero y los jueces le han respondido que ellos no interpretan la ley con calzador: la aplican... aunque la ley sea una verdadera chapuza salida de ese cerebro insigne que es doña Irene Montero.
Ambos hechos, el de Rubiales-Hermoso y el de los dos violadores de la menor se solapan en el tiempo. Porque los hechos no sólo son tercos sino que, encima, tienden a cachondearse de los prejuicios.