La fuga de ‘Puchi' sigue dando que hablar: nadie se cree las explicaciones del Gobierno y todo el mundo sabe que se le dejó huir por interés político.

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa (PSC), ha visitado este miércoles la central de los Mossos d'Esquadra, donde les ha mostrado su apoyo, después del ridículo mundial que hicieron cuando no consiguieron detener, la semana pasada, al fugitivo de la justicia española Carles Puigdemont. Eso sí, el 'moderado' presidente socialista no ha admitido preguntas de la prensa y ha retrasado los cambios en la cúpula de la policía autónoma catalana.

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No obstante, todo el mundo sabe que no es que no consiguieran detenerlo sino que no hicieron lo más mínimo por ello, tal y como reconocía en El Mundo, Pere García, líder sindical de los Mossos: "Se permitió o se dio pie a lo que se produjo: que acabara huyendo". 

Otro que tampoco hizo absolutamente nada por detenerlo fue el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que ayer responsabilizó a la policía autonómica catalana de la huida de Carles Puigdemont en un informe remitido al juez del Supremo Pablo Llarena, en el que también explicó que no se le "detectó", pero que una vez que hubo huido, entonces sí se desplegaron los medios necesarios para hacerlo (sí, tal cual, así de absurdo). 

Literalmente, Interior dijo: "Una vez conocida la fuga de Puigdemont el pasado jueves, el Ministerio impartió instrucciones al jefe superior de Policía y al general jefe de Zona de la Guardia Civil, a través del delegado del Gobierno de Cataluña, para que, por un lado, se activasen los recursos operativos y de inteligencia extraordinarios de ambos cuerpos" para localizar y proceder a la detención”.

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El Gobierno toma a los españoles por idiotas. Porque todos sabemos que el Estado tiene recursos y medios suficientes para haberlo detenido si hubiesen tenido voluntad de hacerlo. Lo que pasa es que no les dio la gana por interés político.

Así lo ve el PP, por ejemplo. Su vicesecretario de Economía del PP, Juan Bravo, sostiene que hubo "conchabeo" entre el Gobierno y Puigdemont. 

También lo ve así Vox: "Los dos, PP y PSOE, le dejasteis escapar. Vosotros en 2017 y el PSOE está semana".

Y también lo ve así el propio Tribunal Supremo, que no cree en "casualidades" en la fuga de Puigdemont, según explica El Confidencial. Pero lo más grave es que en el alto tribunal opinan que la mala imagen dada por el Ejecutivo al no haber cumplido el mandato judicial de arrestar al expresidente catalán afectará a la revisión judicial en las instancias europeas...

Y en el entretanto, la arrogancia del Gobierno socialista no deja de aflorar, porque de tanta que tienen, rebasa continuamente. Por ejemplo, en una entrevista en 'Espejo Público', en Antena 3, el ministro de Transportes, Óscar Puente, ha vuelto a arremeter contra el Tribunal Supremo por no haber amnistiado a Puigdemont, demostrando un exquisito tacto con la separación de poderes. Para Puente, "lo que no podemos hacer es permanecer en silencio ante algunas actuaciones que no nos parecen correctas". "En mi caso he expresado una opinión, además autorizada, porque soy una persona que ha ejercido el Derecho durante 20 años".

Pero no se apuren: el mismo Puente ya dio a entender lo que todo el mundo sabe y es que la mayoría progresista del Tribunal Constitucional, a las órdenes del régimen sanchista por medio de Cándido Conde-Pumpido, arreglará lo de Puchi y le amnistiará, una vez más en contra del criterio del Supremo (como ya ocurriera cn el escándalo de corrupción socialista de los EREs de Andalucía…). 

Y así, poco a poco, la democracia española se va degenerando hasta convertirse en una caricatura. Todo por obra y gracia del autócrata de Pedro Sánchez y sus secuaces.