No dejen de escuchar este ‘tuit' que define a la perfección a nuestro líder, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, el hombre que vendió el coche para comprar la gasolina. Nuestro presidente considera que el hecho de que no haya niños supone una oportunidad (reto o desafío) para aumentar el gasto educativo sin aumentar el gasto público.

Son esos argumentos lógicos, circulares, cuyo absurdo se comprueba en el momento mismo en el que se llevan al extremo, porque, en efecto, si llegara un momento en que no nacieran niños, tampoco habría alumnos y se conseguiría un mayor gasto educativo por alumno sin forzar el gasto público. Es más, podría desaparecer el gasto público en educación, al menos hasta que se jubilen los profesores sin alumnos, claro está.

Y lo que más me divierte es el énfasis con que pronuncia tan sublime perogrullada.

Y como dice la señora, sin ira y con ironía, cualquier psiquiatra tendría a este fenómeno atado a la pata de una cama. Nosotros le tenemos de presidente del Gobierno.

No por loco, sino por narcisista.