"Lo que importa no es quién ingresa sino en qué se gasta", dijo Patxi para explicar el cupo catalán. Eso es como decir, que lo que importa no es el salario que cobras sino en qué te lo gastas. Hombre, algo sí que importa cuánto cobras, Patxi.  

Pero lo mejor ha sido el Comité Federal del PSOE del pasado sábado. La verdad es que a Sánchez le importa un comino lo que diga o piense en el Comité Federal del PSOE -sí, derechoso malintencionado: en el Comité Federal del PSOE también se piensa-, así como lo que sugieran Javier Lambán o Emiliano García-Page, o lo que, más al fondo, suelten Felipe González o Alfonso Guerra. El aparato del PSOE cada día le molesta más. Pero esto es lo de menos.

Lo de más, es la cuestión de fondo. El acuerdo con ERC sobre un sistema de financiación singular para Cataluña, a pesar de todo el lenguaje cantinflesco de Marisu Montero y del cinismo habitual del presidente del Gobierno cuando explica su política, significa que conceder a Cataluña que sea menos generosa con el resto (la más generosa es Madrid, quede claro), exigirá subir impuestos. 

Esto puede sentarnos bien o mal pero la cuestión más relevante es que si alguien aporta menos y recibe más la única solución es que, al conjunto de España, mejor al resto de España, se vea obligado a pagar más o a gastar menos.

Ahora bien, el Sanchismo no está dispuesto a reducir el Estado del Bienestar. De hecho, lo que está haciendo es aumentarlo, a veces en cosas tan interesadas como el Ingreso Mínimo Vital o, lo que es mucho más impactante, desde el punto de vista cuantitativo, sin reparar en de dónde va a salir el dinero para pagar las pensiones. 

En definitiva: a Sánchez, para poder cumplir con los separatistas catalanes y permanecer en Moncloa, sólo le queda una salida: subir los impuestos a todos los españoles. ¿Más que lo que ya lo ha hecho? Por supuesto, mucho más. ¿Y con eso puede asfixiar aún más la economía de los españoles? Pues, por supuesto que sí.

En Moncloa aseguran que Sánchez ha solucionado el problema catalán. No lo creo, creo que lo ha enquistado. Lo que sí ha hecho es crear el problema español.

Pero no es el único culpable: si el PP fuera aun partido, sólo un poquito liberal y no una socialdemocracia de derechas, pondría ahí su punto de mira.