Salvador Illa, presidente de la Generalitat
Acaba de llegar a Madrid, se llama Forbes House el club social privado de la compañía Forbes, donde los tallarines, no muchos, cuestan 60 euros. Situado en la madrileña calle de Amador de los Ríos, justo al lado del portón del Ministerio del Interior. Fue allí donde el presdiente de la Generalitat, Salvador Illa, pronunció el pasado jueves 23 una charla que sorprendió a propios y extraños.
Sorprendió y asombró, porque Illa alabó el programa económico madrileño, es decir a Isabel Díaz Ayuso y eso es pecado mortal en el universo sanchista. Más de uno lo entendió como el inicio de una larga campaña para suceder a Sánchez como presidente del Gobierno... y entendió bien. Sí, al fondo latía una idea apenas disimulada: Illa se prepara para suceder a Sánchez como máximo responsable del socialismo español. No, no será mañana, pero sí pasado mañana.
Nadie espera que el presidente del Gobierno ceda pero sí que se quiebre. Sánchez no tiene quien le quiera y apenas sale a la calle, para que no le abucheen
Entendámonos: nadie espera que el presidente del Gobierno ceda pero sí que se quiebre. Un revés tras otro, el más grande entre los últimos, el triunfo de Donald Trump, una influencia menguante en Europa, su impopularidad creciente... Sánchez no tiene quien le quiera y apenas sale a la calle, para que no le abucheen. Eso no se aguanta fácilmente sin caer en la histeria.
¿Se puede quebrar el presidente? Pues todo podría ser. Lo cierto es que hasta sus colaboradores le rehuyen. Sánchez se ha convertido en un ser huraño, un déspota que grita a sus próximos en cuanto algo no sale como él quiere. ¿La culpa? Siempre de los demás.
¿Y qué propone don Salvador? Pues algo tan sencillo como volver a la Transición. ¿Qué es el Sanchismo? Una constelación del PSOE y de un conjunto variado de los orcos de Mordor: comunistas, separatistas y mucho woke, una especie de chifladura por atravesar nuevas fronteras hasta la barbaridad, el salvajismo y la locura. Illa propone rectificar.
El presidente de la Generalitat propone volver a resucitar la Transición a través de un pacto con el PP de Feijóo. No un pacto de Gobierno, claro está, pero sí el acuerdo PSOE-PP para aprobar una serie de medidas básicas, eso que ha dado en llamarse cuestiones de Estado.
¿Significa esto que don Salvador se postula ya como sustituto de Sánchez? No, por supuesto, sabe que ahora mismo el 'number one' es intocable. Ahora bien, el PSC se ha dado cuenta de que no necesita del Sanchismo: es Sánchez quien les necesita a ellos (19 diputados).
El PSC se ha dado cuenta de que no necesita del Sanchismo: es Sánchez quien les necesita a ellos (19 diputados)
Don Pedro es presidente del Gobierno gracias a Cataluña y eso tiene un precio. De entrada, los socialistas catalanes han ido copando las empresas públicas y han resucitado el espíritu convergente: catalanes que quieren ser simpáticos en Madrid.
Además, Illa sabe que la única manera de recuperar el perdido voto de centro -sea lo que sea lo que entendamos por eso- es lo único que puede hacernos superar el actual paréntesis, el paréntesis de Sánchez.
¿Y qué mejor escenario para presentar su candidatura, sin prisas pero sin pausa, que la Forbes House, un sitio para millonarios progresistas?
Este Salva: parecía tonto cuando le cambiamos por el botijo y mira dónde ha llegado.