"Por la sanidad pública. Sí, prometo", con estas palabras, por decisión de Pedro Sánchez y por el cupo de Sumar en el Gobierno, Mónica García, Mi-Me-Ma (Ministra, Médico y Madre), se convertía en la nueva Ministra de Sanidad. 

Mi Me-Ma desembarcaba en un ministerio que tiene sus competencias transferidas a las Comunidades Autónomas, y ella tiene su afán de protagonismo. Ya lo demostró al retomar la estrategia del 'pánico' y la sumisión, proponiendo la vuelta de las mascarillas.Mónica necesita dar titulares, por lo que ha ido a por su primera gran apuesta desde el ministerio: regular el cannabis medicinal.

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Según García, esta regulación es "una deuda" que tenían y "una buena noticia porque va a mejorar algunos de los síntomas de los pacientes y algunos de los procesos, y reducir el sufrimiento en algunos casos". 

García ha puesto en consulta pública su Proyecto por el que se establecen las condiciones para la elaboración y despensación de fórmulas magistrales a base de cannabis, pero en esta primera versión no se especifican muchos detalles.

Sólo se sabe que los productos tendrán que ser autorizados por médicos especialistas del Sistema Nacional de Salud (SNS), que sólo se utilice para náuseas y vómitos causados por quimioterapia, crisis y dolores refractarios (cuando el paciente no responde a otros tratamientos) y sólo se dispensarán en las farmacias hospitalarias. 

Es decir, primero lo contemplan como algo muy específico, para un grupo muy reducido y con muchas normas, para luego extenderlo y, seguramente, aprobar su consumo recreativo

Es más, el documento ya contempla que quizás se pueda usar en otros supuestos distintos a los ya planteados, para ello asegura que será "necesario valorar los datos disponibles y seleccionar aquellas en las que se considere que existe una relación beneficio riesgo favorable. Será necesario considerar asimismo la necesidad de valorar nueva evidencia disponible y actualizar la normativa de acuerdo a ella”.

En Hispanidad ya advertimos que esto ocurriría. Cuando García estaba en campaña para llegar a ser presidenta de la Comunidad de Madrid, demostró que se preocupaba por la economía, y si juntas a Más Madrid, el crecimiento económico y a la doctora Mónica, preocupada constantemente por la sanidad y la salud, la mezcla puede ser explosiva.

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Aseguró que si le quitaba el puesto a Ayuso, "exigiría al Gobierno de España" que llevara a cabo una "regulación responsable en personas adultas del cannabis". Pero ojo, que era por una buena causa, ya que aseguraba que gracias a esta regularización "se reforzaría nuestro tejido productivo e incrementarían los ingresos públicos de una industria en la que España puede ser puntera".

Ahora Mónica forma parte del Gobierno, así que prepárense para la nueva industria española: empieza por el uso medicinal, continuará con el recreativo, y terminará como un derecho de lo más constitucional: el derecho a colocarse.