Son varios los acontecimientos en los últimos tiempos que han hecho que el FBI sea investigado por su politización. 

Desde finales de agosto,cuando Mark Zuckerberg reconoció que el FBI presionó directamente a su empresa, Meta -el conglomerado que abarca Facebook, Instagram, WhatsApp y Messenger-, para que censurase las informaciones relacionadas con Hunter Biden, el hijo del entonces candidato y hoy presidente de EEUU, Joe Biden, la imparcialidad y el trabajo del FBI quedó en entredicho. 

A este hecho hay que sumar el asalto que cometieron a la residencia de Donald Trump sin dar ninguna explicación. Asalto que no se dio en la Casa Blanca, cuando se conoció que Joe Biden también guardaba documentos secretos en su garaje. También debemos tener presente las numerosas intervenciones violentas del FBI en casa de líderes provida.  

Además, el propio FBI confirmó que nunca existió un canal de comunicación entre el Kremlin y la campaña de Donald Trump, desmontando así la famosa 'Trama Rusa' que los demócratas usaron contra el expresidente en plena campaña electoral. 

Pero fue el pasado año cuando, tras descubrirse un documento del FBI titulado: El Interés de extremistas violentos por motivos raciales o étnicos en la ideología católica tradicionalista”, el presidente del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, el congresista republicano por Ohio Jim Jordan, empezó una investigación.

Primero emitió una citación al director del FBI, Christopher Wray, para que declare sobre el descubrimiento del documento interno del organismo, en el que la agencia federal de investigación criminal señalaba a los católicos como objeto de investigación por razones de extremismo.

Jordan afirmaba que el informe interno filtrado sugiere que católicos estadounidenses fueron vigilados por el FBI y podrían ser considerados terroristas domésticos. También acusó al FBI de vigilar lugares de culto católicos y a los propios feligreses.

Y parece que Jordan no iba desencaminado. En una carta publicada en sus redes sociales, el Comité Judicial de la Cámara de Representantes de EE. UU. reveló que el FBI solicitó a los bancos buscar y filtrar transacciones de clientes utilizando términos como "MAGA" (Make America Great Again, lema de campaña de Trump) o "Trump". 

Según se ha conocido, la Oficina de Integración y Compromiso de Interesados del Departamento del Tesoro distribuyó materiales a instituciones financieras, en los que proporcionaba "típologías" de "varias personas de interés" y sugerían términos de búsqueda para identificar transacciones en nombre de la aplicación de la ley federal.

Para analizar los "Indicadores de Extremismo Violento Local/Solitario", se solicitaba indicadores de "extremismo", como "la compra de libros (incluidos textos religiosos) y suscripciones a otros medios que contienen puntos de vista extremista".

A la vista de los hechos, el Comité Judicial ha solicitado una vista con Noah Bishoff, exdirector del Departamento del Tesoro. Jordan ha cargado contra Bishoff asegurando que utilizó a grandes instituciones financieras para revisar las operaciones privadas de sus clientes en busca de cargos sospechosos basados en expresiones políticas y religiosas. 

La persecución de los católicos por el FBI coincide precisamente en el tiempo con los ataques que están sufriendo los templos católicos en los Estados Unidos y con la cacería a la que se están viendo sometidos los grupos provida en el país.