Es evidente el giro provida que ha sufrido Estados Unidos desde que Trump ocupa la Casa Blanca. Medidas provida, excarcelamiento de activistas acosados por Joe Biden y declaraciones y posicionamientos de primeros espadas de la Administración a favor de la vida

Pero la deriva abortera es la que arrasa en el mundo. En Hispanidad hemos alertado sobre cómo la Organización Mundial de la Salud (OMS) -el organismo de Naciones Unidas para la salud- se ha convertido en el mayor promotor del aborto a nivel internacional. No podemos olvidar las pautas de la OMS emitidas en marzo, que piden a los países que eliminen todas las restricciones legales y políticas sobre el aborto, es decir, establecer el aborto hasta el mismísimo momento del parto. Campaña en la que recordemos, España está inmersa completamente.

Y nuestra vecina Andorra sigue esa senda e insiste en despenalizar el aborto antes de que termine la actual legislatura, en 2027. Así, el jefe de Gobierno, Xavier Espot, durante una entrevista televisiva ha aclarado en qué sistema están trabajando: "un sistema donde el aborto esté despenalizado, donde haya un acompañamiento, un seguimiento. Que no se pueda abortar en Andorra, pero sí cerca, con un resarcimiento por parte de los servicios públicos andorranos a todos los niveles".

Traducido, queremos que se aborte porque somos progres, pero no queremos mancharnos las manos de sangre, por lo que derivamos a las madres que quieran matar a sus hijos a un territorio cercano, eso sí, con acompañamiento médico andorrano, no vaya a ser que la mujer también muera o sufra alguna complicación derivada en el camino de vuelta. 

En concreto, ha indicado que habrá "un servicio público en Andorra que hará el acompañamiento" de las personas que quieran abortar, si bien el aborto se realizará "en Francia o en Cataluña (España)" y, posteriormente, el Estado andorrano "compensará económicamente" a quien esté "en situación de vulnerabilidad".

Y aquí llega la clave de todo esto, este sistema, ha explicado Espot permitirá dar cobertura a las personas que quieran abortar y, a la vez, "mantener la estructura institucional que tantos beneficios ha aportado" a Andorra.

Claro, Andorra es un coprincipado en los Pirineos cuyos jefes de Estado son el presidente de Francia, el progre ultra abortero Emmanuel Macron, y el arzobispo de Urgell (noreste de España), monseñor Joan-Enric Vives. 

Según Espot, si Andorra permitiese un aborto libre y legalizado en su territorio "haría entrar mucho en contradicción" al arzobispo, porque, para la Iglesia católica, "la defensa del derecho a la vida" es un "dogma de fe". Según Espot se está trabajando "de una forma relativamente discreta" con el copríncipe eclesiástico", ¿seguro? ¿O es que ante la negativa de la Santa Sede os habéis tenido que inventar un sistema en el que cargáis el aborto a otro Estado?