En Argentina, la Confederación General del Trabajo (CGT), el mayor sindicato, ha convocado una huelga general para el próximo 10 de abril, contra las políticas económicas del presidente Javier Milei.

Más en concreto, la CGT protesta para pedir un incremento "de emergencia" en la cuantía de las pensiones y para "repudiar la represión policial" que tuvo lugar el pasado 12 de marzo, en la habitual convocatoria de los jubilados, que se saldó con 124 detenidos y 46 heridos. 
 

Lo cierto es que, en este momento, los principales sindicatos argentinos izquierdistas se encuentran faltos de argumentos debido al éxito de la política económica de Javier Milei, que ha logrado bajar la inflación -el principal problema de la economía argentina-, que ha caído al 66,9% interanual en febrero respecto al 84,5% de enero y al 2,4% en términos mensuales (suma ya cinco meses en el entorno mensual del 2%, frente al 20,6% de enero de hace un año). Gracias a esta bajada de la inflación, muchos argentinos han podido conseguir productos básicos de la cesta de la compra a precios asequibles, como por ejemplo, la carne

En consecuencia, tras quedar desactivadas sus protestas contra los altos precios de los productos básicos, los sindicatos argentinos convocan ahora movilizaciones para pedir la subida de las pensiones, pero también para protestar por el recorte de las pensiones superfluas, como las de los 'ñokis', aquellos funcionarios que cobran a finales de mes, sin haber dado palo al agua -es decir, subvenciones disfrazas de pensiones-, y se van a celebrarlo comiendo esa forma de pasta italiana...

En cualquier caso, ya se verá el éxito o no de estas movilizaciones sindicales. Mientras Milei sigue a lo suyo, aplicando su famosa “motosierra”, para recortar gasto público innecesario o superfluo y liberalizar la economía dando más protagonismo a la iniciativa privada…