Patricia Bullrich y el opositor venezolano Edmundo González
Amnistía Internacional es una organización que se pone exquisita a la hora de defender determinados derechos pero que cae en inmensas contradicciones.
Por ejemplo, cuando defiende el supuesto derecho de las madres a abortar a sus hijos, cae en la contradicción de no defender el derecho de esos hijos a la vida.
Y cuando defiende los derechos humanos de los delincuentes -que por supuesto que tienen derechos humanos, por el hecho de ser personas- cae en la contradicción de olvidarse de los derechos de las personas que sufren la delincuencia (el derecho a la vida, a la propiedad, etc).
Y eso es exactamente lo que ha pasado en Argentina, donde Amnistía Internacional se puso del lado de los delincuentes en un informe referido a la supuesta represión del Gobierno de Javier Milei a protestas sociales.
La ministra de Seguridad argentina, Patricia Bullrich, no se ha cortado un pelo y ha acusado a esta organización de "no tener vergüenza", poniéndola, una vez más, frente a sus incongruencias. Por ejemplo, con la dictadura chavista de Venezuela.
Amnistía Internacional no tiene vergüenza, y mientras se violan sistemáticamente los derechos humanos en Venezuela, decide criticar a una democracia liberal como lo es la Argentina.
— Patricia Bullrich (@PatoBullrich) January 13, 2025
Desde sus sillones cómodos en Londres, vienen a darnos lecciones mientras acá bancamos 25 años de… pic.twitter.com/wtybyww2Kg