El próximo martes 5 tendrán lugar las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Durante todo este tiempo, hemos narrado la que ha sido una de las carreras presidenciales más extrañas y oscuras que se recuerdan. Por un lado, el candidato demócrata vencedor en las primarias, el actual presidente Joe Biden, fue obligado a retirarse de la contienda por el propio aparato de su partido, que impuso como candidata a su número dos, la vicepresidenta Kamala Harris. Por otro lado, el candidato republicano, el expresidente Donald Trump, logró hacerse por tercera vez con la candidatura de su partido, a pesar de la persecución judicial, política y mediática que ha sufrido con especial intensidad en estos últimos cuatro años. Y dicha persecución ha alcanzado un grado todavía más peligroso, dado que el republicano ha sufrido tres intentos de asesinato durante la campaña.

Con este contexto, debemos analizar el estado de las encuestas al final de la campaña. Trump se encuentra mejor situado en los sondeos que en las presidenciales de 2016 y 2020, y la cuestión es importante, dado que si algo demostraron las anteriores citas electorales es que existe un gran voto oculto a favor del republicano.

 Trump se encuentra mejor situado en los sondeos que en las presidenciales de 2016 y 2020, y la cuestión es importante, dado que si algo demostraron las anteriores citas electorales es que existe un gran voto oculto a favor del republicano

Así, tanto Hillary Clinton en 2016 como Joe Biden en 2020 aventajaban, tanto a nivel nacional como en los Estados clave, al republicano. Clinton tenía un margen de ventaja, a estas alturas, de casi dos puntos a nivel nacional y más de tres en los Estados clave y, a pesar de ello, fue derrotada por Trump. Pero es que Biden, que tenía una holgada ventaja de más de siete puntos a nivel nacional y más de tres en los Estados clave, se alzó con una victoria pírrica, hasta el punto de que alcanzó la Casa Blanca, al superar al republicano con márgenes tan reducidos como un 0,2% en Georgia, un 0,3% en Arizona y un 0,6% en Wisconsin, todo ello bajo la sombra de posibles irregularidades.

Ahora en 2024 es Trump el que se sitúa con una ventaja, tanto a nivel nacional, como muy particularmente en los Estados clave, donde supera por un punto a la vicepresidenta Kamala Harris. Si bien en ambos casos se trata de una diferencia muy pequeña, ciertamente el escenario en los sondeos es mejor para el republicano que en las dos contiendas precedentes.

Donald Trump aventaja a Kamala Harris en la mayoría de Estados clave (Arizona, Georgia, Carolina del Norte, Pensilvania y Nevada), mientras la demócrata le saca menos de un punto en Michigan y Wisconsin 

Centrémonos en el estado de las encuestas en los siete Estados clave que decidirán la elección y efectuemos la comparación con respecto a hace cuatro años:

Arizona. El Estado del Gran Cañón es uno de los principales centros de batalla. En 2020, Biden se situaba dos puntos por encima de Trump, ahora es el republicano el que supera por dos puntos a Kamala Harris. En 2020, Biden fue el primer demócrata en ganar el Estado desde Bill Clinton, en 1996. Sin embargo, en esta ocasión, la crisis en la frontera sur, agravada por la pésima gestión de Kamala Harris como “zar de la frontera”, ha hecho que los republicanos se encuentren en buena posición para reconquistar la plaza.

Georgia. El Estado se encontraba en empate total entre Trump y Biden hace cuatro años, ahora el republicano aventaja a la demócrata en algo más de dos puntos.

Carolina del Norte. Biden aventajaba en menos de un punto a Trump, ahora el republicano aventaja en un punto a la demócrata. Trump ganó este Estado tanto en 2016 como en 2020.

Michigan. Históricamente fue un sólido bastión demócrata, buque insignia de la industria de la automoción estadounidense. Sin embargo, en los últimos años se ha convertido en un Estado clave, hasta el punto que Trump logró imponerse en 2016, siendo el primer republicano en hacerlo desde 1988. La política ecologista radical de los demócratas, que ha dañado gravemente a la industria estadounidense, hace que gran parte de la clase trabajadora haya abandonado a la formación progresista. Aquí, aunque Harris mantiene la ventaja por menos de un punto, Biden tenía una ventaja superior a ocho puntos, si bien su victoria final fue por poco más de dos puntos.

La crisis en la frontera, la política ecologista radical y las medidas durante la pandemia del Covid-19 de la Administración demócrata Biden-Harris podrían pasarle factura a la candidata demócrata

Wisconsin. Otro Estado del histórico “blue wall” demócrata, que ha pasado de feudo demócrata a Estado decisivo. En 2016, Trump se impuso a Clinton, rompiendo una tendencia de casi cuatro décadas, dado que desde Ronald Reagan en 1984 ningún republicano había vencido allí. La vicepresidenta mantiene una ventaja de menos de un punto, cuando Biden hace cuatro años tenía una sólida ventaja de casi siete puntos. Sin embargo, el demócrata a la hora de la verdad se impuso por apenas 0,6 puntos.

Pensilvania. Sin duda una de las grandes batallas se libra aquí, dado que es el territorio que más votos aporta al Colegio Electoral entre los Estados clave. En 2020, Biden tenía una ventaja cómoda de casi cuatro puntos, si bien su victoria final fue por poco más de un punto, y ahora es Trump el que va por delante por algo menos de un punto.

Nevada. Sorprende que Nevada aparezca como un Estado clave dado que la última vez que un republicano se impuso aquí fue en el año 2004. Si bien, las medidas radicales adoptadas por los demócratas durante la pandemia del Covid-19 hicieron mucho daño a la industria del ocio, que con la ciudad de Las Vegas a la cabeza es el principal motor económico del Estado. Aquí, Biden gozaba de una ventaja de casi cinco puntos, pero es ahora el republicano Trump el que aventaja a Harris por algo menos de un punto.

Y aunque no sea lo fundamental, donde sí aventaja Trump a Harris con claridad es en las casas de apuestas, donde casi dos terceras partes apuesta por una victoria del republicano.

Ciertamente nos espera una noche electoral de infarto, el próximo martes los estadounidenses decidirán en las urnas el destino de Estados Unidos…y del mundo entero.