La orden se produce poco después de las medidas firmadas por los gobernadores de Florida y Texas, Ron DeSantis y Greg Abbott
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha firmado una orden ejecutiva destinada a prohibir las terapias de reconversión, promover la atención médica integral del colectivo LGTBI y sus familias, incluida la salud reproductiva, y garantiza el acceso a tratamientos de afirmación y elección de género en menores.
Es decir, con esta orden, Biden prohíbe cualquier actividad médica o psicológica para que un menor pueda volver a su sexo natural, se enfrenta a los dos estados más poblados de EEUU, y garantiza el acceso a los tratamientos de afirmación de género en menores, así como da cobertura médica a las complicaciones generadas por los cambios de sexo.
Rachel Levine, la nueva secretaria de Salud de Biden, y abiertamente transgénero, ha declarado: “No tengo espacio en mi corazón para el odio y no tengo tiempo para la intolerancia, pero no vivimos en un mundo donde todos se sientan de esa manera, y esta administración entiende que se necesita más acción”. “La orden ejecutiva de hoy continúa el trabajo de la Administración Biden contra los prejuicios y facilita que las personas que viven en este país vivan sus vidas abierta y libremente sin temor al acoso, el desprecio o el ataque”.
La orden se produce poco después de las medidas del gobernador de Florida, Ron DeSantis, de poner fin a la atención de afirmación de género para menores y la prohibición de financiar tratamientos como las terapias de reemplazo hormonal y la cirugía de reasignación de sexo. Además, el gobernador republicano Greg Abbott ordenó en febrero al Departamento de Familia y Servicios de Protección de Texas que investigara a los padres que brindan a sus hijos cuidados de afirmación de género, comparándolos con “abuso infantil”.
Según han informado los funcionarios de la administración Biden, el presidente, firmará la orden rodeado de niños LGBTQI+ de Texas y Florida que “se han visto afectados personalmente” por esas políticas. Según esos funcionarios, los proyectos de ley como los de Florida o Texas, "intimidan a los niños" y "no están en consonancia con el lugar donde se encuentra el pueblo estadounidense".
Un nuevo avance en la perversión de la infancia, en noviembre, el Departamento de Salud y Servicios Humanos acabó con una normativa de Trump, por la que se permitía a los proveedores negar atención en función de sus creencias religiosas y en mayo pasado amplió una definición contra la discriminación en la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio para incluir la identidad de género.