Esta semana, el presidente Biden y la vicepresidenta Kamala Harris han celebrado una jornada conjunta de campaña
Como hemos contado en Hispanidad, existe un gran temor en las filas demócratas por la desmovilización del electorado afroamericano, su principal granero de votos.
En 2020, Biden venció a Trump por 33 puntos -65% a 32%- entre los hispanos y por 75 puntos entre los afroamericanos -87% a 12%-, mientras que Trump superó en 17 puntos a Biden -58% a 41%- entre los blancos. Teniendo en cuenta la hegemonía republicana entre el mayoritario electorado blanco, y que los conservadores están ganando en cada elección más espacio en el voto hispano, los demócratas tienen que aferrarse a vencer por márgenes aplastantes entre los afroamericanos para poder alzarse victoriosos. De no repetir un porcentaje de voto cercano al 90% entre los afroamericanos, difícilmente Biden podrá retener la Casa Blanca. Y lo cierto es que las cosas no van bien en esa misión, a la vista de la actitud del inquilino del Despacho Oval.
Biden ha tratado en las últimas semanas de movilizar al colectivo afroamericano adoptando un tono cada vez más radical y divisivo. Hace escasos días, en una ceremonia de graduación en el Morehouse College, una universidad históricamente afroamericana en el Estado de Georgia, Biden llegó a afirmar: “Si los hombres negros son asesinados en las calles…¿Qué es entonces la democracia?”. El presidente volvió a hablar de “racismo sistémico”, uno de los términos predilectos de la ideología woke, y del “veneno del supremacismo blanco”.
Y esta semana, el presidente Biden y la vicepresidenta Kamala Harris han celebrado una jornada conjunta de campaña, algo bastante inusual en Estados Unidos, en la ciudad de Filadelfia, sexta ciudad más poblada del país y primera ciudad en población del decisivo Estado de Pensilvania, uno de los que decidirá la Casa Blanca. La ciudad de Rocky Balboa tiene una elevada población afroamericana, que con un 38,3%, es el primer grupo demográfico del municipio.
En la formación progresista existe preocupación tanto por el trasvase de votos hacia los republicanos como por la desmovilización del electorado afroamericano y joven, los dos graneros de voto de la formación.
En el mes de abril, una encuesta del Wall Street Journal determinó que en los Estados clave, el 30% de los hombres afroamericanos pensaba en votar al expresidente Donald Trump, un cambio relevante dado que únicamente el 12% de los afroamericanos votaron al republicano hace cuatro años. Y otra encuesta del diario Washington Post ha estimado que el 41% de los afroamericanos de entre 18 y 39 años irán a votar este año, frente al 61% que lo hizo en 2020.