Dos 'fichajes' de Lula da Silva: Pedro Abramovay y Mónica Valente. El primero, que representa a las fuerzas globalistas y la política radical progresista; y la segunda, identificada con los valores del Foro de São Paulo, al comunismo y el socialismo
A Lula le queríamos más cuando era rojo y no se había vuelto progre.
El expresidente y candidato del Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inácio Lula da Silva, ganó el domingo 23 de octubre la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Brasil por un estrecho margen: el 50,9% de los votos, frente al 49,1% obtenido por el derechista Jair Bolsonaro.
Como ha recordado Hispanidad, Brasil, con más de 200 millones de habitantes, era el único gigante que le quedaba por conquistar al Nuevo Orden Mundial (NOM) en Iberoamérica, tras tomar el poder, con intención de no dejarlo nunca, en Colombia, Argentina, Chile, Perú o, el más peligroso de todos, México.
El NOM está empeñado en implantar políticas contrarias a la ley natural, como el aborto, la ideología de género, la no libertad de los padres en la educación de sus hijos, el estatismo frente a la propiedad privada, etc.
Por todo ello, no es de extrañar que el progre Lula da Silva vaya a fichar a miembros de la Open Society de George Soros para su Gobierno, informa La Gaceta.
Como ha publicado Hispanidad, George Soros es uno de los adalides de ese Nuevo Orden Mundial, tal y como denunció el profesor de la Universidad Complutense Juan Antonio de Castro: "Soros tiene una serie de conceptos pseudo morales, como el LGTB al extremo, como el género al extremo, como el feminismo al extremo, el abortismo, contra la vida…, que es el que trata de imponer, como si fuera el código genético moral que nos tenemos que tragar todos".
En concreto, el posible Gobierno de Lula ―en caso de que se legitimen las irregularidades en el pasado proceso electoral― ha comenzado a definir sus principales nombres en el equipo de transición. Cabe destacar dos nominaciones del ámbito internacional, a saber, Pedro Abramovay y Mónica Valente. El primero, que representa a las fuerzas globalistas y la política radical progresista; y la segunda, identificada con los valores del Foro de São Paulo, al comunismo y el socialismo, añade La Gaceta.
Tras los inmensos servicios prestados al Partido de los Trabajadores, y bien alineado con las agendas globalistas, en 2013 Abramovay se convirtió en el director para América Latina y el Caribe de The Open Society, de George Soros, una ONG que canaliza y dirige todas las agendas globalistas y de extrema izquierda a través de sociedades civiles en países de todo el mundo, e interfiriendo decisivamente en las políticas de Estado de las naciones.
Por su parte, Valente sería una fiel representante de esa «izquierda carnívora» que señalaron en una oportunidad Plinio Apuleyo y Álvaro Vargas Llosa en su «Manual del perfecto idiota latinoamericano». Es representante de la vieja izquierda iberoamericana que defiende a Fidel Castro y Hugo Chávez. Como férrea defensora del comunismo en el continente, trabaja para legitimar procesos electorales fraudulentos en Venezuela y Nicaragua. También afirma que el proceso revolucionario en Cuba es una democracia.
Que Dios pille confesados a lo brasileños…
Por cierto que, como se recordará, el futbolista brasileño Neymar pidió el voto para Bolsonaro, aunque tras perder las elecciones, el delantero del PSG subió una foto de él en su perfil de Instagram mientras sostenía una bandera de Brasil con el siguiente mensaje: “Que se haga tu voluntad, Dios”. Estas palabras hicieron que su padre respondiera de la siguiente manera: “Dios, patria, familia y libertad. Gracias por ser así, por nacer así, con coraje y fe. Nuestra familia y amigos están muy orgullosos de ti”, recogió La Razón.
Este apoyo del crack brasileño a Bolsonaro tuvo una contundente respuesta por parte de Lula: “No estoy enfadado. Neymar tiene derecho a elegir a quien quiera como presidente. Creo que tiene miedo de que, si gano las elecciones, sepa que Bolsonaro le perdonó la deuda del impuesto sobre la renta. Creo que por eso me tiene miedo”.
Un chulo, este Lula...