Nueva victoria judicial para el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, en mitad de la cacería progresista que está sufriendo. Así, la junta electoral de Illinois ha rechazado apartarle de las primarias presidenciales en ese Estado.

La junta, compuesta por cuatro demócratas y cuatro republicanos, ha rechazado por unanimidad una petición presentada por cinco votantes para inhabilitar al expresidente por su supuesta participación en eel asalto al Capitolio. Sin embargo, la junta ha rechazado la propuesta al entender que no tienen jurisdicción para pronunciarse sobre el asunto. 

Contamos en Hispanidad que, en una decisión sin precedentes y con una elevada carga política, el Tribunal Supremo de Colorado dictaminó que el expresidente debía ser expulsado de las primarias republicanas en dicho Estado por su supuesta participación en el asalto al Capitolio. 

Los demandantes apelaban a la Decimocuarta Enmienda de la Constitución, que prohíbe a personas que han participado en una insurrección ocupar un cargo de elección popular.

La alegación a la decimocuarta enmienda es especialmente relevante y supone una utilización de la historia digna del Partido Demócrata. Empecemos por el principio: la enmienda se redactó después de la Guerra de Secesión y se utilizó para descalificar a quienes fueron parte de la Confederación. Es decir, la guerra de Secesión estalla cuando el republicano Abraham Lincoln toma posesión como Presidente de los Estados Unidos. Lincoln quería abolir la esclavitud africana, algo que no gustó a los llamados Estados Confederados de América, donde era legal tener esclavos: Carolina del Sur, Misisipi, Florida, Alabama, Georgia, Luisiana y Texas, todos ellos gobernados por demócratas. 

La guerra la perdieron los Estados Confederados y para proteger que sus miembros, muchos ellos parte del Ku Klux Klan, pudieran llegar a cargos públicos, se redactó la Enmienda decimocuarta, que ahora los demócratas usan contra Trump. 

Todo ello forma parte de la cacería a la que está siendo sometido el expresidente, justo cuando Trump domina con claridad las primarias republicanas, y se encuentra también por delante del presidente Biden de cara a las presidenciales de noviembre, como contamos en Hispanidad.

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Pero será el Tribunal Supremo estadounidense el que tendrá la última palabra y decidirá si Trump debe o no ser inhabilitado, el próximo 8 de febrero se celebrará una audiencia donde los magistrados se pronunciarán sobre el asunto.