Empezamos esta crónica semanal de Hispanoamérica -en la que hacemos especial énfasis en la defensa de la vida, la familia natural, la libertad de enseñanza y el bien común, es decir, los principios no negociables establecidos por Benedicto XVI- en Colombia, para defender el principio no negociable del derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural.

En ese país, recientemente fueron bendecidos dos monumentos que homenajean a los niños no nacidos que fueron víctimas del aborto en todo el mundo. Las esculturas se denominan ‘María, madre de los niños no nacidos’.

“Hay un grito en el silencio de la humanidad, de esos más de 70 millones de niños, a los cuales cada año se les niega nacer”, afirmó el Arzobispo, Cardenal Luis José Rueda Aparicio, durante la bendición. “Que este sea un lugar para pedir perdón, para la misericordia; y para convertirnos todos nosotros, hombres y mujeres, en misioneros de la vida, protectores de la vida en todas sus etapas, desde la gestación en el vientre hasta la muerte natural”, expresó.

Hay un grito en el silencio de la humanidad, de esos más de 70 millones de niños, a los cuales cada año se les niega nacer”, afirmó el Arzobispo, Cardenal Luis José Rueda Aparicio, durante la bendición

Nos vamos ahora a Cuba, para defender el principio no negociable del derecho a la libertad, dentro del bien común. Como se sabe, los cubanos padecen un terrible dictadura comunista desde hace más de 60 años. En ese contexto, el sacerdote cubano Alberto Reyes, de la Arquidiócesis de Camagüey, denunció a aquellos compatriotas que, por disfrutar de la apariencia de poder, colaboran con la dictadura para reprimir a quienes reclaman libertad.

“Es asombroso cómo personas que padecen las mismas carencias del pueblo, que sufren las mismas necesidades, se presten a frenar a aquellos que están teniendo el coraje de decir: ‘¡Basta ya!’, en nombre de todos. Es triste cómo la ilusión de sentirse importante puede hacer que se reprima y se golpee a aquellos a los que se debería defender”, señaló.

Y les recordó que “este sometimiento no será para siempre”, pues como en alguna ocasión dijo “el obispo nicaragüense Silvio Báez, ‘los pueblos crucificados, tarde o temprano, resucitan’”.

En España, el arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz Montes, entregó esta semana al obispo nicaragüense Mons. Rolando Álvarez -exiliado en Roma desde enero por culpa de la dictadura comunista de Daniel Ortega-, el premio que recibió en su nombre hace unos días.

Se trata del Premio Libertas Internacional que en representación de Mons. Álvarez recogió en Oviedo Mons. Jesús Sanz Montes, quien declaró: “Todo nuestro ánimo, todo nuestro apoyo solidario, cristiano y que no tiren nunca la toalla. El ejemplo de Monseñor Rolando es un acicate precioso para seguir en esta lucha en nombre de Cristo, del Evangelio y de la libertad de un pueblo”.