En Colombia parece que la popularidad del presidente ultraizquierdista, Gustavo Petro, sigue por los suelos.

Al menos así se deduce de imágenes, como esta, en las que un estadio entero de fútbol grita "fuera Petro".

Claro, al mandatario 'progre' no le ha gustado nada escuchar eso y ha arremetido contra los que le gritan, calificándolos como “ricos y asesinos” (muchos ricos y asesinos tiene que haber en un campo de fútbol...).

Petro prosiguió, indignado: “No le gritan a Petro los ricos del país ‘Fuera Petro’. No están reproduciendo el mismo mensaje que lanzaron cuando mataron 5.000 militantes de la Unión Patriótica, son los asesinos los mismos que gritan fuera Petro”. “No se pueden aguantar que alguien con café de leche en la piel y que no es de sus familias y que no le interesa ser de sus familias, ni conquistarse una esposa de sus familias, ni meterse a sus clubes (…) Se les ha exigido hablar de tú a tú, mirando a los ojos y de frente, y no con la puñalada trapera a la que estaban acostumbrados”, expresó el mandatario.

Pero pese al enfado de Petro, lo cierto es que, según las últimas cifras disponibles (mes de junio), su desaprobación alcanzó el 62%, mientras que su aprobación se situó en el 32%. 

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Quizá en ello tenga que ver el, por el momento, fracaso de los diálogos en el proceso de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), cuyo máximo comandante, Antonio García, denunció que el Gobierno Nacional ha incumplido muchas promesas. 

“El tiempo sigue corriendo y nada que el gobierno de Gustavo Petro responde si va a sacar al ELN de la lista de los Gaos (Grupos Armados Organizados), tal como se acordó. Es un acuerdo sencillo, ¿qué sucederá con acuerdos más de fondo? ¡Qué peligro!”, escribió.

En paralelo, el aumento de la desaprobación no es el único problema que afronta Petro, pues en Colombia no ha desaparecido la violencia. De hecho, hace unas semanas, una escisión de las FARC secuestró a 60 militares y el Gobierno de Petro les amenazó con terminar el ‘alto el fuego', que está vigente hasta el 15 de octubre. 

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A la vista de todo esto, parece que el ultraizquierdista Petro debería centrarse más en lo que ocurre en su país y no en el vecino Venezuela. Y es que no ha tenido reparos en apoyar, junto a Brasil, la repetición electoral... un claro signo de apoyo hacia el dictador Nicolás Maduro. 

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