
La cristofobia también avanza en Hispanoamérica. Comenzamos esta crónica semanal sobre Hispanoamérica, la región compuesta por países hermanados en la Hispanidad (que tienen en común su fe cristiana, su cultura y su lengua y cuya patrona es la Virgen del Pilar), en Colombia, para defender el derecho de los padres a educar a sus hijos conforme a sus convicciones, según los principios no negociables para una acción política basada en el humanismo cristiano, establecidos por el Papa Benedicto XVI.
En ese país, el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo —del Gobierno del ultraizquierdista Gustavo Petro, no lo olvidemos— realizó unas polémicas declaraciones asegurando que la patria potestad de los menores de edad pertenece al Estado: “De todo niño, niña, adolescente, menor de 18 años, la patria potestad es del Estado. Si hay alguna negación por parte de algún padre o madre para vacunar al niño, intercede el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF)”. Es decir, una afirmación al más puro estilo comunista y totalitario.
El senador colombiano Mauricio Giraldo, le respondió: “Ministro, no se equivoque: con nuestros hijos no se meta. La patria potestad es de los padres, no del Estado. Lo dice la Constitución, lo establece el Código Civil y lo dicta el sentido común”. Además, Giraldo anunció que el ministro será citado “a un debate de control político en el Senado, para que le rinda cuentas al país por esta grave intromisión en los derechos de los padres y la soberanía de las familias”.
Ministro, no se equivoque, con nuestros hijos no se meta. La patria potestad es de los padres, no del Estado. Lo dice la Constitución, el Código Civil y lo dicta el sentido común. Usted sigue exponiendo el totalitarismo de este Gobierno. pic.twitter.com/91uD6ODcEJ
— Mauricio Giraldo (@mgiraldosenador) April 10, 2025
Nos vamos ahora en Nicaragua, para defender el derecho a la libertad religiosa, uno de los principios no negociables para una acción política basada en el humanismo cristiano, establecidos por el Papa Benedicto XVI.
En ese país, los nicaragüenses vienen padeciendo una dictadura, la de Daniel Ortega desde que este se hiciese con el poder, en enero de 2007 (aunque anteriormente presidió un mandato presidencial entre 1985 y 1990).
El sandinista, lejos de apaciguarse con los años, se ha vuelto cada vez más dictador. Y ha endurecido la represión, sobre todo tras las protestas ciudadanas de 2018 contra las reformas a las pensiones, el aumento del costo de vida, la censura, la represión y la corrupción. Y una de las instituciones que persigue con más saña es la Iglesia católica, pues ésta fue una de las que más alzó voz contra esa represión y Ortega sabe perfectamente que predica libertad y dignidad humanas, ambas pisoteadas por él.
El último ejemplo de esa persecución a los cristianos ha sido la imposición a los fieles católicos de celebrar las celebraciones de la Semana Santa en el interior de las iglesias, relata Aica.
Se trata del tercer año consecutivo en el que la dictadura de Ortega censura las celebraciones en público de la Semana Santa, como las procesiones o los viacrucis. Hay que destacar el miedo que tiene la tiranía sandinista a las exhibiciones públicas de la fe cristiana. Por ello, desplegará unos 14.000 policías por todo el país.
Según un informe de la investigadora Martha Patricia Molina, titulado ‘Nicaragua: ¿Una iglesia perseguida?’, durante 2024 el régimen prohibió al menos 4.800 actividades religiosas en el país.
Dictadura sandinista impide el ingreso a Nicaragua al sacerdote Jalder Hernández. El presbítero se encontraba en misión pastoral en Estados Unidos. Durante 2018 el presbítero fue agredido en el atrio de la parroquia Santiago en Jinotepe. En el transcurso de la cuaresma dos… pic.twitter.com/CNscWET8Rz
— Martha Patricia M (@mpatricia_m) April 14, 2025
Además, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo impidió a principios de este mes el regreso de dos curas que habían viajado a EEUU en un viaje pastoral. En declaraciones a ACI Prensa, Martha Patricia Molina afirmó que “la prohibición de ingreso a Nicaragua ejecutada por la dictadura sandinista en contra de dos curas nicaragüenses sólo demuestra y evidencia el odio y represión en contra de la Iglesia Católica”.