Comenzamos esta crónica semanal de Hispanoamérica -en la que hacemos especial énfasis en la defensa de la vida, la familia natural, la libertad de enseñanza y el bien común, es decir, los principios no negociables establecidos por Benedicto XVI- en Colombia, para defender el principio no negociable del derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural.

En ese país hispanoamericano se han estancado las negociaciones de paz entre el Gobierno y los terroristas del Ejército de Liberación Nacional (ELN). En ese contexto, el ELN ha implantado un “paro armado” por tiempo indefinido en el departamento de Chocó, lo que significa un toque de queda permanente para la población.

Por ello, la Iglesia expresó su “solidaridad frente al control territorial que ejercen quienes no honran la vida ni alientan la esperanza del territorio que dicen defender y sostener”. Y añadió: “La guerra nunca ha sido una solución. Siempre ha traído males mayores”.

Por su parte, el obispo electo de Quibdó, Wiston Mosquera Moreno, señaló: “La gente no debe morir. No se debe confinar a las personas, porque nadie puede quitarles la libertad”.

Nuestro siguiente destino es Costa Rica, donde la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia ha sentenciado que un hospital público debe reinstalar “la imagen del Santo Cristo en la entrada de la sala de operaciones” de un hospital público”, que había sido retirada por orden del director del centro médico aprovechando un remodelación efectuada en el centro sanitario.

El director del hospital, el Dr. Douglas Montero Chacón, justificó su decisión para “velar por el derecho al libre culto y diversidad religiosa de los diferentes grupos ocupacionales del Hospital México”.

Sin embargo, la Corte Suprema estima que esa justificación  “carece de un fundamento objetivo y razonable, toda vez que la presencia de la imagen no busca imponer una fe o creencia religiosa, sino que se trata del ejercicio de la libertad de culto, como la manifestación externa de la libertad de conciencia”.

Nos vamos a México, donde los obispos han realizado un llamamiento a los dirigentes políticos y a los ciudadanos para “trabajar juntos como país por la reconciliación”.

El llamamiento se produce a pocas fechas de la toma de posesión como presidenta de Claudia Sheinbaum, que sustituirá en el cargo al ultraizquierdista Andrés Manuel López Obrador, el próximo 1 de octubre. Sheinbaum pertenece al mismo partido que López Obrador, Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), una formación política que impulsa el aborto y la ideología de género.

En un editorial publicado el domingo 18 de agosto en su semanario Desde la Fe, la Arquidiócesis Primada instó a la presidenta a “construir una reconciliación con bases sólidas, que ayude a superar los conflictos que nos dividen, fortalecer la unidad nacional y abrir las puertas al diálogo y la escucha mutua”.

“Cuando hablamos de reconciliación, nos referimos a reconciliarnos con los hechos que nos han dolido, que han causado sufrimiento, con la memoria herida y las injusticias sufridas” con el fin de “aprender a caminar juntos”.