Empezamos esta crónica semanal de Hispanoamérica -en la que hacemos especial énfasis en la defensa de la vida, la familia natural, la libertad de enseñanza y el bien común, es decir, los principios no negociables establecidos por Benedicto XVI-  en Costa Rica, para defender el principio no negociable del derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural.

En ese país, los obispos celebraron el 25 aniversario del ‘Día Nacional de la Vida antes de Nacer’, con un mensaje en el que reconocen “el logro imprescindible que, como Nación, hemos alcanzado al incorporar, dentro del marco jurídico que nos rige, el reconocimiento de la vida humana desde el momento mismo de la concepción”.

Los prelados también destacan que la protección del no nacido como “persona y ciudadano” en “todo su proceso de gestación” resulta más importante “en momentos en los que en otras latitudes, algunas muy cercanas a nuestro país, se promueve la cultura del descarte y el desprecio por el respeto a la vida desde su concepción hasta su fin natural”.

Nuestro siguiente destino es Nicaragua, donde la dictadura de Daniel Ortega sigue persiguiendo a la Iglesia católica.

El régimen prohibió la celebración de una misa en la que se iban a ordenar como sacerdotes tres diáconos, de nombre Wendel Fuentes Chavarria, Kelin José Martínez Rayo y Ervin Joel Hernández Umanzor.

“Llegó la Policía donde el padre Frutos Valle Salmerón -administrador ‘Ad Omnia’ de la Diócesis de Estelí- a decirle que no estaba autorizada la ordenación”, indicó una fuente.

La misa de consagración sacerdotal iba a ser celebrada por Mons. Carlos Herrera, Obispo de Jinotega y presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, dado que en su diócesis -Estelí- no hay obispo porque el que había, Mons. Rolando Álvarez, fue desterrado por la dictadura.

La prohibición de celebrar ordenaciones es una forma muy sutil de persecución a la Iglesia católica, pues la recepción de los sacramentos es vital para el pueblo de Dios.

Precisamente, también esta semana se ha sabido que el sacerdote Frutos Constantino Valle Salmerón habría sido “secuestrado, interrogado” y puesto bajo vigilancia la Policía Nacional de Nicaragua, que actúa bajo las órdenes del régimen nicaragüense.

Lo ha denunciado la abogada e investigadora Martha Patricia Molina, que en declaraciones a ACI Prensa señaló que el sacerdote -tiene 80 años y más de 50 años de servicio y padece de “múltiples enfermedades”- fue “secuestrado arbitrariamente”.

Además, Molina explicó que “no debemos descartar que (su detención) haya sido por la ordenación de presbíteros que no se realizó”.

Cabe recordar que desde el año 2018, la dictadura de Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, ha intensificado su persecución contra la Iglesia Católica.

Nos vamos a México donde la Iglesia católica ha pedido al Gobierno que proteja a los ciudadanos de la violencia de las narcobandas.

En concreto, la petición se centraba en el estado de Chiapas “por la presencia permanente de los cárteles de la droga”.

Mons. Jaime Calderón, obispo de Tapachula, denunció que las familias están siendo “secuestradas en su propia casa, obligadas a hacer lo que no deben”. Por ejemplo, “pagar el derecho de piso al cártel según dónde vivan” y “participar en retenes que impiden el libre tránsito”. También mencionó que deben “pagar precios muy altos por la escasa mercancía”, de cuyas ganancias se extraen cuotas para mantener sus trabajos.

El problema de la violencia de las narcobandas y de la inseguridad ciudadana es uno de los grandes fracasos del ultraizquierdista presidente, Andrés Manuel López Obrador, que deja en herencia a su sucesora, Claudia Sheinbaum.