Sede de la ONU, en Nueva York
Nada menos que "Cumbre del Futuro", dice la ONU. Allí ha participado, como prohombre mundial, nuestro Peter Sánchez. El título de la magna asamblea me recuerda el viejo proverbio de que "el futuro es un niño en las rodillas de los dioses" o aquel otro dicho irlandés, aún mejor: "Si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes".
Pero la ONU es mucha ONU así que confunde el futuro con sus deseos y, para qué engañarnos, la palabra 'futuro' tiene pedigrí. No sé exactamente por qué, pero lo cierto es que lo tiene. A todo esto, vivimos pendientes del futuro cuando de lo que deberíamos vivir es aprendiendo del pasado y pensando en el presente... que es de lo que depende el futuro... porque el hombre es libre.
En cualquier caso, en materia de Asamblea ONU ya saben que una cosa es el aparato escénico, donde participan los más poderosos del planeta, sin ir más lejos el mencionado Peter Sánchez. En él se habla de emigración, de Israel y Ucrania, del reparto de riqueza, del cambio climático, los bulos y la desinformación, que se presenta como estrella de la actual asamblea y otras muchas memeces. Sí, digo memeces, porque se utilizan para distraer al personal con los titulares de TV, pero no suponen ningún cambio en el mariachi propagandístico del Nuevo Orden Mundial (NOM) y de lo políticamente correcto.
Sí, son cuestiones relevantes, pero se quedan en los discursos de los poderosos, de cara a la galería y sin conseguir otra cosa, a lo mejor no es poco, que insistir en la machacona propaganda del Nuevo Orden Mundial (NOM), de la atmósfera cultural imperante.
De donde sí se deduce algo práctico, porque no hay nada más práctico que una buena teoría, es del trasfondo de la asamblea que discute la tecnocracia globalista de Naciones Unidas.
La familia es una célula de resistencia a la opresión porque es la única institución que se guía por el amor y no por la contraprestación. Por eso es la clave del mundo
Esa tecnocracia lleva años metida hasta las cejas en el repugnante concepto de familia plural, no ya en el homomonio, sino en los 300 tipos de familia que aseguran puede haber, incluida la familia formada por los imbéciles que se casan con su gato, con un árbol o consigo mismos.
Para entendernos, no estamos celebrando la Asamblea del futuro sino la Asamblea de la familia del futuro, que no en vano la familia no sólo es la célula social por excelencia sino una célula de resistencia a la opresión, la única institución que se guía por el amor y no por la contraprestación. Esto es lo que late al fondo de la Asamblea general de Naciones Unidas de esta semana.
Y aquí llega lo curioso y lo que me lleva a pensar que vivo en un mundo de poseídos. Verán: en el mundo de Naciones Unidas, en esta batalla por la familia, son los países occidentales, antaño civilización cristiana, los que están defendiendo la venenosa super-memez de los 300 tipos de familia. Es decir 299 tipos de familia, enfrentados a la familia natural, que se caracteriza por tres condiciones:
1.Formada por una mujer y un hombre.
2.Para toda la vida, es decir, la pareja se guía por eso que llamamos amor y que, por naturaleza, es para siempre o no es amor.
3.Abiertos a la vida, que conlleva dos actitudes: no abortar a ningún vástago y estar dispuestos a dar su vida por la educación de sus hijos.
Eso sí que constituye una célula de resistencia a la opresión. Ahora bien, el mundo al revés, reparen en que, como bien explica Friday Fax, el mejor boletín sobre la actualidad de Naciones Unidas, es Rusia, apoyada por China y por algunos países islámicos, así como por otros países menudos, pero sin el cerebro lavado, de África y Asia, los que se oponen a que se hable de los 300 tipos de familia que pretenden los imbéciles del Nuevo Orden Mundial (NOM) que controlan Naciones Unidas... y es el Occidente cristiano el que continúa con la estupidez eterna de los muchos tipos de familia.
El mundo al revés... y da que pensar.