Cuando el Tribunal Supremo de EE.UU. puso fin a la protección legal del aborto, en Hispanidad aseguramos que la batalla por la vida daba comienzo. Los demócratas con Biden a la cabeza han convertido el 'derecho' al aborto en su bandera y pretenden burlar la sentencia del Tribunal Supremo por las vías legislativa, judicial… y violenta

Ante este escenario, los millonarios y empresas -sobre todo progres- se movieron para continuar financiando el asesinato de bebés en el seno materno: The Walt Disney CompanyAmazon, Starbucks, Levi’s, Apple, Microsoft, Netflix, Tesla, Meta… pagan los gastos de viaje de empleados que quieran abortar.

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A esta iniciativa se sumaron algunas instituciones públicas, y en octubre de 2022, el secretario de Defensa del Gabinete de Joe Biden, Lloyd Austin, emitió un memorando para garantizar el acceso a la atención de salud reproductiva, que suena muy bien, pero el fondo de la cuestión era la financiación de viajes para abortos del personal del Departamento de Defensa. 

Desde que se emitió el texto, los republicanos sostuvieron que financiar tales viajes violaba las leyes federales en concreto, aseguraban que era ilegal y que violaba la Enmienda Hyde, que prohíbe la financiación de la mayoría de los abortos con fondos federales. 

Ahora se ha dado un paso importante en la batalla por la vida, y la Cámara de Representantes aprobó una Ley de Autorización de Defensa Nacional, que incluye una enmienda crucial que impide que el Pentágono utilice fondos públicos para financiar abortos.

Esta legislación, valorada en 883.700 millones de dólares, fue impulsada por la representante republicana por Texas, Beth Van Duyne, quien subrayó la importancia de apoyar a las mujeres durante y después del embarazo en lugar de incentivar el aborto.

Y esto supone un nuevo palo a Joe Biden y su obsesión abortera. Como narró Ignacio Aguirre en Hispanidad, la vicepresidenta, Kamala Harris, hacía "historia" al visitar una clínica abortista en el Estado de Minesota, tradicional feudo demócrata. Una visita sin precedentes, dado que se ha tratado de la primera vez que un presidente o un vicepresidente en el cargo, visitaba una clínica donde se practican abortos.

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A lo que hay que sumar los múltiples casos en los que los líderes provida son perseguidos por el FBI. El propio Biden en campaña está inmerso en su promoción del aborto, anunciando nuevos planes para asegurar el acceso al mismo y a los anticonceptivos. Incluyendo nuevas directrices del Departamento de Salud y Servicios Humanos para apoyar el aborto quirúrgico a través de una ley federal que garantiza el "tratamiento médico de emergencia": "La salud y la vida de las mujeres están en juego debido a las extremas prohibiciones estatales del aborto". 

Es más, el gobierno central emitió una guía que establecía que los hospitales "deben" proporcionar servicios de aborto si hay un riesgo para la vida de la madre, basándose en la Ley de Tratamiento Médico de Emergencia y Trabajo de 1986, que exige que las salas de urgencias proporcionen tratamiento estabilizador para cualquier persona que reciban. Intención que ya ha sido tumbada en más de un Estado. 

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