El partido Republicano está más unido que nunca tras el atentado contra Donald Trump. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, y otros republicanos han pedido la renuncia de la directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, por la actuación en el tiroteo. 

Y es que el propio Trump ha reconocido durante una entrevista a Jesse Watters de Fox News que nadie le advirtió del riesgo de subirse al escenario, a pesar de que algunos agentes estaban al tanto de la amenaza: “Nadie lo mencionó, nadie dijo que había un problema”. 

“Yo hubiera esperado 15 minutos. Podrían haber dicho que esperáramos 15 minutos, 20 minutos, cinco minutos, algo así”, dijo el expresidente al presentador. “Nadie dijo… Creo que fue un error”. “Había gente que apoyaba a Trump gritando: ‘Hay un hombre en el tejado que tiene un arma’. Y eso fue bastante antes de que yo subiera al escenario, así que uno hubiera pensado que alguien haría algo al respecto”, le contó Trump a Watters.

Todas las sospechas están puestas sobre Cheatle y el Sevicio Secreto. El senador Chuck Grassley, republicano de Iowa, ha hecho públicos unas serie de correos del personal de seguridad en el que se ve cómo el Servicio Secreto proporcionó solo tres miembros del personal de la agencia para el mitin de Trump, pese a estar amenazado, mientras destinó 12 agentes a la primera dama Jill Biden, que tenía una cena. 

Un correo electrónico con el asunto “203.080 Primera dama, Dra. Jill Biden, a Pittsburgh, PA”, señala que “se ha seleccionado a los siguientes 12 miembros del personal para una asignación temporal como personal de guardia en apoyo de la Primera Dama, Dra. Jill Biden, a Pittsburgh, PA, el 13 de julio de 2024”. El correo electrónico luego enumera los nombres de ese personal.

En otro correo electrónico separado con el asunto “203.080 Candidato Donald Trump a Pittsburgh, PA” señala que “los siguientes 3 miembros del personal han sido seleccionados para una asignación temporal como observadores de campaña en apoyo del candidato Donald Trump a Pittsburgh, Pensilvania, el 13 de julio de 2024”.

Grassley ha sido uno de los republicanos encargados de demostrar los numerosos fallos que se cometieron, de hecho ha pedido información por carta que no se le ha proporcionado: “Agradeceré cualquier información adicional que pueda proporcionar en relación con estas comunicaciones y el número total de empleados federales que estuvieron presentes ese día”. 

El Servicio Secreto guarda silencio y Cheatle acudía ayer lunes al Congreso a dar explicaciones sobre los innumerables fallos de seguridad y los desconcertantes protocolos y decisiones de gestión, o al menos eso era lo que se esperaba.

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Cheatle ha reconocido que ha sido el "fracaso operativo más significativo" de la historia del Servicio Secreto: "La solemne misión del Servicio Secreto es proteger a los líderes de nuestra nación. El 13 de julio, fracasamos". 

También ha detallado que recibió avisos sobre "una persona sospechosa entre dos y cinco veces antes del tiroteo" y que el tejado desde donde dispararon a Trump fue revisado e identificado como una posible vulnerabilidad días antes del mitin.

Sus explicaciones han sido insuficientes para los congresistas que han insistido en su dimisión, pero Cheatle se ha mostrado desafiante y ha dicho que es "la persona adecuada" para dirigir el Servicio Secreto.