Como ha venido contando en Hispanidad, los primeros días en la Casa Blanca del segundo mandato del ya presidente de Estados Unidos, Donald Trump, están suponiendo una auténtica revolución, con numerosos decretos presidenciales que persiguen poner fin al progresismo radical de la Administración de Joe Biden y Kamala Harris que llegó a su término el pasado 20 de enero.

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Ya en el mismo discurso de toma de posesión, Trump dejó claro que no comulga con la ideología de género, cuando destacó que "solo hay dos géneros: masculino y femenino".

Pues bien: en esa misma línea, Trump acaba de prohibir, mediante una orden ejecutiva, los tratamientos de transición de género y cirugías a menores de 19 años, criticando que actualmente muchos médicos "están mutilando y esterilizando a un número cada vez mayor de niños bajo la afirmación radical y falsa de que los adultos pueden cambiar el sexo a través de una serie de intervenciones médicas irreversibles". "Esta peligrosa tendencia será una mancha en la historia de nuestra nación y debe terminar".

Con esta orden, la Administración Trump dejará de financiar o promover este tipo de prácticas (también en la investigación o en la educación) -tal y como venía realizando anteriormente la Administración de Joe Biden- que destruyen la vida de esos menores. 

Porque la ideología de género, difundida entre niños y adolescentes, puede lograr efectos devastadores, como se está viendo ya en muchos países occidentales.   

Recordemos: la ideología de género es una corriente que difunde que cada persona puede elegir su género con independencia de su biología y atendiendo únicamente al deseo de la voluntad, lo cual, atenta contra la ley natural, porque todo el mundo sabe con la sola razón que se nace hombre o mujer y nadie nos pidió permiso para ello, como tampoco para nacer.