Quedan apenas unas horas para que los ingleses tengan que cumplir con su cita con las urnas en las que el primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak (conservador), se verá las caras con Keir Starmer, líder del Partido Laborista del Reino Unido. 

Si lo que auguran las encuestas se cumple, Starmer ganará las elecciones legislativas y se convertirá en primer ministro, siendo el cuarto habitante de Downing Street en cuatro años. Y es que podemos afirmar que la política británica sigue en tiempos convulsos, desde la cacería contra Boris Johnson, los conservadores no han hecho otra cosa que perder popularidad. Al polémico Johnson le sustituyó Liz Truss, que no llegó ni a disfrutar dos meses del poder, de ahí se pasó a Sunak, al que no le ha ido mucho mejor y se ha visto forzado a este adelanto electoral. 

Según todos los sondeos llega un cambio de ciclo en el que los laboristas aspiran incluso a conseguir su mayor victoria histórica. Y así lo confirman la últimas encuestas publicadas, la primera de Redfield & Wilton, que recoge electomanía, en el que se ve la aplastante victoria de los Laboristas con el 41% del voto frente al 22% de los Conservadores. 

En la misma línea, el sondeo de Survation también recogido por electomanía, que otorga el 38% a Starmer y el 18% a Sunak. 

La encuesta de Survation también trae una proyección que traduce ese porcentaje, dando 484 escaños a los Laboristas y 64 a los Conservadores. 

Cabe destacar que el sistema inglés normalmente beneficia a los dos granes partidos, Reino Unido está dividido en 650 circunscripciones, tantas como escaños conforman la Cámara de los Comunes, en cada cincunscripción se elige un único candidato, por lo que los votos de los derrotados no suman de ninguna manera. 

Pese a este sistema llama la atención en las encuestas el avance del populista Nigel Farage que, por ahora, se mantiene como tercera fuerza política pero que está a muy poco de sorpassar a los Conservadores. Sorprende el ascenso de Reforma, heredero del Partido del Brexit, que ha confiado en su fundador Farage para aprovechar la pérdida de popularidad de Sunak, reivindicándose como alternativa con el 16 por ciento de los sufragios.

Tanto es así que los Conservadores ven muy negro su futuro y para parar a Farage han recurrido al peso pesado del partido: Boris Johnson, el último conservador que gozaba de popularidad entre el electorado. El antiguo líder ‘tory’ apareció en una reunión de activistas conservadores en el Museo Nacional del Ejército, donde animó a que no es “demasiado tarde” para “salir del abismo” y evitar una “aplastante” mayoría laborista.

Es la primera aparición en campaña de Boris, que hasta ahora se había limitado a grabar vídeos de apoyo a algunos candidatos: “No podemos simplemente sentarnos mientras un gobierno laborista se prepara para utilizar una aplastante mayoría para destruir gran parte de lo que logramos, lo que ustedes lograron”.

Tan negro lo ven los conservadores que en la cuenta de X (antes Twitter) de Sunak, el primer ministro publicó un vídeo con la aparición de Boris en el que promocionaba el acto con el lema "Paremos la supermayoría", dando por hecho la aplastante victoria de Starmer. 

En cualquier caso la anunciada victoria de los Laborista se ve por Bruselas como una buena noticia, puesto que ven abierta la posibilidad a que Reino Unido tenga un acercamiento a la Unión Europea. Después de tres años y medio desde que abandonaron el bloque comunitario de forma oficial, Starmer ya ha anunciado que de ser el próximo primer ministro, dará los pasos necesarios para reducir las barreras comerciales y firmar un acuerdo de seguridad con Bruselas. 

Y está por ver la postura de Starmer sobe los ideología de género, uno de los grandes problemas por los que atraviesa Reino Unido en estos momentos. Boris empezó y Sunak continuó la tarea de dar marcha atrás en muchas leyes que se habían aprobado en el país por la demanda de padres y expertos que llegaron a calificar de "epidemia" la marcha de las Leyes Trans en menores. 

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